El Jurado de Enjuiciamiento del Consejo de la Magistratura porteño resolvió anular el pedido de destitución al juez Sergio Delgado impulsado por el consejero Ricardo Félix Baldomar, cercano al principal operador judicial de Mauricio Macri, Daniel “el Tano” Angelici.
Hace quince días, el presidente de Boca Juniors instruyó a sus colaboradores para que recauden votos en el Jury con el fin de destituir al camarista integrante de la Cámara de Apelaciones en lo Penal, Contravencional y de Faltas de la justicia porteña. Se trata de un pedido expreso de los fiscales, muchos de ellos vinculados con el PRO, al titular del Ministerio Público Fiscal, Martín Ocampo, aunque el reclamo también anuda una disputa ideológica.
El ex diputado porteño del macrismo y el consejero Juan Sebastián De Stéfano se encargaron de convencer a los miembros del Jurado de Enjuiciamiento pero la operación terminó en un estrepitoso fracaso que los dejó mal parados a todos.
Concretamente, Baldomar se quedó solo defendiendo una acusación contra Delgado de la que luego tuvo que arrepentirse. Con el objetivo de alegrar a los fiscales porteños, Ocampo se auto postuló para garantizar la destitución pero ni si quiera fue a la audiencia cuando se enteró que el PRO no conseguía los cinco votos necesarios. Ni los diputados porteños del macrismo que integran el Jurado de Enjuiciamiento estaban convencidos de avanzar con la embestida.
Todo comenzó porque los fiscales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires están en pie de guerra con el camarista y hasta lo tildaron de “garantista” y de practicar el “abolicionismo”.
Además, los funcionarios judiciales mostraron su furia porque el juez suele repartir munición gruesa contra ellos en los distintos fallos que firma y, en varias oportunidades, los ha catalogado como “fachos”.
La jugada del PRO Fue tan desprolija que, según pudo saber este portal, Ocampo, Baldomar y De Stéfano quedaron ridiculizados porque el contenido de los fallos de un juez de la Ciudad no es causal suficiente para motorizar una destitución, según lo indica la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso “Apitz Barbera y otros vs. Venezuela”.
En ese fallo, el organismo interamericano señaló: “los jueces no pueden ser destituidos únicamente debido a que su decisión fue revocada mediante una apelación o revisión de un órgano judicial superior. Ello preserva la independencia interna de los jueces, quienes no deben verse compelidos a evitar disentir con el órgano revisor de sus decisiones, el cual, en definitiva, sólo ejerce una función judicial diferenciada y limitada a atender los puntos recursivos de las partes disconformes con el fallo originario”.
Por otra parte, estaban previstos tres días de audiencia pero como Baldomar se arrepintió, y Ocampo y De Stéfano le soltaron la mano, se terminó por desestimar la acusación y el PRO jamás pudo juntar los apoyos que afirmaba tener un día antes.
En total, se necesitan cinco votos de los nueve miembros que integran el Jury. El macrismo reposaba en el respaldo de los dos legisladores del PRO (Helio Rebot y Cecilia De la Torre), la abogada e integrante del Colegio de Abogados de la Ciudad Eugenia Talerico y la jueza Ana María Conde del Tribunal Superior de Justicia de la Capital Federal.
Ante ese panorama, el macrismo necesitaba un voto más y apuntaba, hasta el jueves por la noche, a los otros dos abogados del jury del Consejo de la Magistratura: Guillermo Borda y Ana Rosenkrantz. En la otra vereda, el legislador kirchnerista Edgardo Form y las juezas Graciela Dalmás y Gabriela Zangarom, se opusieron desde un primer momento al pedido de destitución.
Sin embargo, el angelicismo no tuvo ni tiempo de hacer cuentas porque ya en la primera audiencia pública se cayó todo el plan ideado.
La decisión, que finalmente fracasó, de Angelici de voltear al juez Delgado tenía dos objetivos claros. Por un lado, a pesar de que lo que exigían no tenía sustento, colaborar con el reclamo de los fiscales y cumplirle sus caprichos
No obstante, a Delgado también se lo cuestionó por “apartarse” de la jurisprudencia del Tribunal Superior de Justicia; un camino que ya han tomado otros jueces del distrito. La señal es clara: el PRO quiso destituir a un juez opositor al Gobierno porteño y mandar un mensaje al resto de los funcionarios judiciales que se tentaban con seguir ese sendero.
Por si fuera poco, la cuestión tiene que ver con un duelo ideológico porque el “garantismo” de Delgado poco tiene que ver con el discurso de Mauricio Macri y el PRO en cuanto a la seguridad. En ese sentido, las calificaciones de “abolicionista” y “garantista” no son datos menores.
Además de realizar un favor a los fiscales, la estrategia de Angelici y Ocampo buscaba desarrollar un gesto hacia abajo y disciplinar a los funcionarios judiciales díscolos.