MARGARITA STOLBIZER

“Lilita hace campaña para que yo me baje, no es democrática ni republicana”

La candidata a presidenta asegura que el kirchnerismo va a perder las elecciones. El modelo Santa Fe, Macri y el futuro de CFK.

La campaña comenzó de apuro, cuando Hermes Binner decidió bajar su carrera presidencial. Margarita Stolbizer, pilar bonaerense del espacio conformado por el socialismo, el Gen y Libres del Sur, se convirtió en la heredera casi natural del lugar del santafesino. Por nivel de conocimiento, imagen pública, estructura territorial y elecciones en su haber –compitió cinco veces en la provincia de Buenos Aires, donde llegó a sacar el 21 por ciento de los votos- , Stolbizer se cargó al hombro la candidatura de Progresistas y salió con el “Margamóvil” a recorrer las provincias.

 

“Los equipos ya estaban trabajando. Todo lo que estábamos haciendo para Binner se trasladó para mí. Fue muy fácil reorganizarnos porque tenemos mucha sintonía, llevamos muchos años trabajando juntos”, dice Stolbizer en su despacho de la Cámara de Diputados detrás de una enorme pila de papeles con material que estudia obsesivamente durante sus viajes de campaña.

 

-Usted fue de los últimos candidatos en presentar a su compañero de fórmula. Finalmente anunció que será el cordobés Miguel Angel Olaviaga, que no tiene un apellido conocido, ¿cómo fue su elección?

 

-La espera tuvo que ver con el tema de los resultados en Santa Fe. Habíamos pensado en el gobernador Antonio Bonfatti pero él decidió que va asumir como diputado provincial. Yo quería que la fórmula fuera bien federal  y que el vice fuera alguien que me complementara, un varón. Córdoba es el distrito electoral más importante después de Buenos Aires, y Miguel es un gran candidato, que me complementa también desde lo discursivo porque habla de economía social, de cooperativismo, tiene experiencia sindical. Ahora hay que sacarlo a la cancha para que lo conozcan.

 

-¿Cómo impacta la elección de Santa Fe en su campaña?

 

-Veníamos bastante confiados porque los números nos daban un triunfo. Pero además de la victoria de Miguel Lifschitz el otro elemento del que mucho no se habla pero que para nosotros es bastante importante fue el resultado que obtuvo Bonfatti, que tuvo un apoyo muy grande. Eso demuestra que hay un acompañamiento a la gestión.

 

-¿El margen tan estrecho deslegitima el triunfo?

 

-El sistema de simple vuelta es así  y es el sistema constitucional que tienen en Santa Fe, sea por dos votos o por 100 mil. El que tiene dos votos más gana y es el gobernador. Por ahí yo ese mismo domingo hubiera hecho menos festejo del que se hizo, pero ellos venían de una campaña muy complicada. Se venía haciendo mucha fuerza desde muchos grupos para que el que ganara fuera Miguel Del Sel.

 

-Un triunfo de Del Sel hubiera envalentonado la campaña de Macri

 

-Sí, y nos hubiera complicado a nosotros, que tenemos muy plantado sobre Santa Fe nuestro proyecto nacional. Nosotros reivindicamos ese modelo de gestión, de participación, solidaridad y transparencia. Y esto por supuesto no impacta bien en la campaña de Macri. Perdió su candidato en Santa Fe, no le va a ir bien en las próximas elecciones de la Ciudad y creo que en Córdoba tampoco.

 

 -¿Cree que usted recoge algo del voto radical que no quiere acompañar la alianza con el PRO?

 

-Por supuesto recibimos votos que vienen el radicalismo pero yo pienso que el 90 por ciento de la gente no está en los partidos políticos, se siente autónoma respecto de ellos. Ya no existe ese voto cautivo, la gente toma decisión de manera autónoma y libre. Nosotros tenemos un votante radical y también tenemos votantes kirchneristas, que en algún momento creyeron en el progresismo de la primera etapa del kirchnerismo y hoy no quieren saber nada con lo que hay, ni con Daniel Scioli ni con la forma en que este gobierno termina. Si hoy algo caracteriza a este gobierno tiene que ver con el enriquecimiento de los funcionarios y eso va a contramano de una propuesta progresista. Es totalmente incompatible con el ideal del progresismo llenarse los bolsillos particulares.  La Asignación Universal por Hijo no puede ser la política pública a través de la cual ellos nos hagan creer que son progresistas.

 

-¿Qué lectura hace sobre la salida de Milani?

 

-Me parece que tiene que ver con las necesidades de un gobierno que tiene que afrontar una campaña electoral atendiendo sus propias contradicciones. Pienso que para el kirchnerismo, que en algún momento se enarboló en la bandera de los derechos humanos,  terminar su gobierno con un jefe del Ejército sospechado de violar los derechos humanos, no era una buena carta de presentación.

 

-Sin embargo, lo sostuvo y defendió durante todo este tiempo.

 

-Sí, es más la necesidad de lavarse la cara en la campaña electoral que se convicción. Le adjudico motivaciones exclusivamente electorales.

 

-¿Cómo analiza el hecho de que Carlos Zannini vaya a ser vice de Scioli?

 

-Es bastante complejo, reconozco que a mí misma me genera contradicciones. Creo que Zannini no le aporta nada a Scioli en cuanto a cantidad de votos. Al contrario, consolida el voto kirchnerista duro. Es un piso pero le han puesto un techo bastante bajo. No creo que le estén dando ninguna ayuda a Scioli poniéndole a Zannini.

 

-Usted había dicho que si ganaban Scioli se terminaba el kirchnerismo.

 

-Sí, lo dije antes de la designación de Zannini y esto me hace por lo menos pensar que Cristina Kirchner no está tan dispuesta a concederle nada a Scioli ni a y retirarse. Por la forma en la que compone las listas está claro que no está dispuesta a perder un protagonismo. También pienso que no van a ganar.

 

 -Sin embargo, las encuestas muestran a Scioli como favorito.

 

- Habría que ver cuántas de esas encuestadoras cobran de Scioli. Yo no creo que Scioli gane la elección, porque hay un 70 por ciento de gente que está harta del gobierno y, en la medida en que Scioli ha quedado tan pegado al kirchnerismo, tiene menos chance de ganar. Además me da la impresión de que el kirchnerismo duro y Cristina misma fantasean más con el retorno de la Presidenta que con el triunfo de Scioli.

 

-¿Quién gana, entonces?

 

-Yo trabajo para ganar. Tengo poco tiempo pero voy a intentar convencer al electorado.

 

-¿Qué le diría al electorado para que la votara?

 

-Que somos los únicos que tenemos como pilares de un futuro gobierno con desarrollo humano, sustentable y equitativo para la Argentina, la igualdad y la justicia. Sobre eso hay que plantar el proyecto de país para que todas las personas tengan las mismas oportunidades de progreso. Eso, obviamente, debe hacerse en el marco de un gobierno decente con personas y gobernantes honestos. Me llama la atención que los demás no hablan de estas cosas. Sin gobiernos decentes que atiendan las necesidades de la gente y no usen al Estado como un botín, no se puede pensar a futuro.

 

-Si consideramos las elecciones 2011 y 2013, aun cuando en esta última se perdió la provincia de Buenos Aires, cabe pensar que el kirchnerismo tiene un piso muy alto.

 

-Descreo de los pisos altos y la imagen pública de Cristina. Me animaría a decir que hoy el núcleo duro del voto kirchnerista es un 25 por ciento. No puedo desconocer algunos de los méritos de las cosas que intentan hacer aunque creo que estafan a la gente. Sacar a Milani 45 días antes de las PASO es una forma de hacerle creer a la gente que no son tan malos. Lo mismo sucede con la primaverita económica que empiezan a generar, los aumentos, los anuncios que se van a multiplicar por muchos, la capacidad de perforación en los hogares a través de la publicidad oficial. Por el otro lado, hay que ver qué es lo que distintos actores de la oposición estamos haciendo para ofrecerle a la gente algo para cambiar.

 

-Es una autocrítica.

 

-Yo hago mis esfuerzos, trato de mostrar algo diferenciado del Gobierno y digo que la gente debería poder elegir con libertad un proyecto ligado a la igualdad y la justicia, que son nuestros dos pilares. Ahora bueno, también siento que tenemos, por incapacidades o escasez de recursos, chances limitadas de que nos escuchen. Igual me da la sensación de que las otras opciones están equivocando sus estrategias.

 

-¿A qué se refiere?

 

-Por ejemplo a la decisión de Mauricio Macri de armar una fórmula tan replegada sobre sí misma. A veces me da la impresión de que Macri no quiere ganar. ¿Cuál es la gran apuesta de Macri para intentar ganarle a Cristina? Armar una fórmula tan porteña en un país tan federal como el nuestro no tiene sentido. Me parece que nosotros estamos ofreciendo hoy algo más contundente desde lo electoral.

 

-Ustedes marcaron desde el principio bien que no iban a participar de esa idea de la oposición unida.

 

-Por supuesto, somos algo diferente. Seguramente Macri, Massa y hasta Scioli podrían haber estado juntos en una PASO. Son demasiado parecidos los tres.

 

-¿Desgastó mucho a su espacio ese proceso de especulaciones sobre la unidad de la oposición?

 

- Terminó destruyendo UNEN. A nosotros no, porque el proyecto que sostenía UNEN sigue vigente, que es la existencia de una alternativa política de centroizquierda que la Argentina necesita tener. La expectativa nuestra era que eso fuera un espacio bien amplio y visible y los mismos integrantes de UNEN fueron los que se encargaron de dinamitarlo y de alimentar la opción de Macri.

 

-El FAP salió segundo en las elecciones 2011 y estaba consolidado, ¿intentar ampliar fue una mala decisión?

 

-No, me parece que salimos fortalecidos en la medida que la gente sabe que nosotros seguimos sosteniendo las mismas cosas. El problema lo tienen los que cambiaron lo que decían y fueron a hacer una cosa distinta. Nosotros estamos siempre defendiendo las mismas ideas.

 

-¿No fue un error haber intentado sumar a la UCR?

 

-No, el error es que algunos se hayan ido. Habría que preguntarles a ellos por qué traicionaron lo que firmaron. Para nosotros eso era una alternativa seria que reflejaba el pensamiento político de la centroizquierda. Y era contundente en términos electorales. En el momento que se hizo la presentación, UNEN medía 24 puntos y Macri, ocho.

 

-Elisa Carrió dijo en los últimos días que con su candidatura usted beneficia a Scioli, porque divide el voto opositor.

 

-No me genera ninguna preocupación lo que diga Carrió. Yo podría decir que ella benefició a Scioli cuando rompió UNEN. Si UNEN medía 24 y Macri ocho, ¿por qué destruimos lo que medía 24? La lógica indicaba que había que alimentar ese espacio y no el otro. En esos términos, ella sería la responsable hoy si ganara Scioli. Ahora hace campaña para que yo me baje; no es democrática ni republicano andar eliminando competidores.  Parece que ella fuera a decidir cómo se compone el tablero electoral.

 

-¿Entonces ésa fue la última experiencia electoral con Carrió?

 

-Sí, ya basta. Es bastante difícil entenderla a ella en lo personal, lo lamento porque ella tiene gente muy valiosa a su alrededor. También sé que yo comparto muchas de sus posiciones políticas, el problema es cómo construye sus estrategias electorales, cómo destruye lo que construye y termina desperdiciando un capital de gente muy importante. Lilita tiene mucha gente que la sigue, es un desperdicio.

 

-¿Cuáles serían sus primeras medidas de gobierno?

 

-Lo primero sería poner todos los organismos de control en manos de la oposición: gobierno abierto y que todo el mundo me controle. También buscaría recuperar a los técnicos que echaron del Indec para tener rápidamente índices confiables y poder hacer un acuerdo de concertación económica y social para tener una reducción gradual de la inflación. También mandaría un paquete de leyes al Congreso para eliminar los superpoderes, sancionar una ley de acceso a la información pública, una cantidad de medidas vinculadas con la transparencia. El otro tema fundamental para nosotros es el acceso a la vivienda. Lo que estamos comprometiendo es la expropiación del Banco Hipotecario nacional para que vuelva a ser la gran herramienta del acceso al crédito, además de la creación de un plan integral que implique agua potable y cloacas para los que no tienen. 

 

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