Cuando llegó a Miami, hace cuatro meses, primero se instaló en un departamento pero ahora está buscando una casa. Y es que Jaime Stiuso, ex amo y señor de la SIDE, recibe visitas casi de manera permanente. A todos les dice lo mismo, que hasta que no termine el kirchnerimo no vuelve a pisar el país.
Así y todo, el regreso está en preparación y para eso el ex espía dedica energías con la finalidad de desarmar el hilado de causas penales que le generó el Gobierno en los tribunales federales. Atribuye la saga de denuncias a un ataque contra su persona y su prestigio (asegura que lo tiene en los círculos de inteligencia del exterior). Asegura que las causas en su contra son una maniobra del kirchnerismo para presionarlo ante el temor a un “carpetazo” en plena campaña.
El primer movimiento visible fue el viernes cuando recuso al juez Rodolfo Canicoba Corral en la causa que este investiga la supuesta desaparición de documentos en la causa AMIA. Stiuso está convencido de que si la recusación cae en la Sala II, Canicoba está afuera. Allí tendría vínculos aceitados con el camarista Martín Irurzun, cuyo voto cuenta por dos porque Horacio Cattani lo acompaña en todas las resoluciones e incluso en la cotidianidad se refiere a Irurzun como “el jefe”.
En cambio la Sala I es más adversa por la relación de Eduardo Freiler con el Gobierno y por la de Jorge Ballestero con el sciolismo. Todavía a esta altura del año la AFI de Oscar Parrilli no termina de conocer el contenido de la reunión a solas que mantuvieron en enero Scioli y Stiuso.
Tampoco avanza el caso que instruye el juez Sebastián Casanello sobre el supuesto entramado societario que Stiuso habría organizado desde la SIDE para comprar bienes de todo tipo. Para Casanello la denuncia del legislador Gustavo Vera peca de arbitraria, una gran historia que por ahí es entretenida para la televisión pero que no alcanza para alimentar una investigación penal. Vera al comienzo dijo tener mucha información pero al final defraudó.
Hace tres meses Parrilli denunció a Stiuso por supuesto contrabando en la Aduana. El caso lo tiene la fiscal Graciela Ruiz Morales. El éxito de los abogados de Stiuso, siempre dirigidos por Santiago Blanco Bermudez, es que en ese caso desde hace quince días también se investiga a Héctor Icazuariaga que habría firmado algunos documentos mal asesorado.