No hubo sorpresas y, como desde hace 52 años, el poder seguirá en manos del MPN

Por Nicolás Fiorentino.- Omar Gutiérrez, actual ministro de Economía y delfín del gobernador Sapag, ganó con el 37,9% de los votos, 9 puntos por encima de Ramón Rioseco, candidato del FPV. Dura derrota para la alianza UCR-PRO, que apostó por el intendente “Pechi” Quiroga, tercero lejos con el 18,4%.

Mientras las miradas se concentraban en las primarias porteñas, Neuquén empezaba este domingo a designar al primer gobernador del postkirchnerismo. Y ni ese aroma a cambio de ciclo logró revertir los designios de su historia: el claro ganador fue Omar Gutiérrez y, como desde 1963, el poder de la provincia seguirá en manos del Movimiento Popular Neuquino (MPN).

 

El escrutinio provisorio, que alcanzó al 96% de las mesas, dejó a Gutiérrez con el 37,9%. Segundo llegaba el intendente de Cutral Có y candidato del Frente para la Victoria (FPV), Ramón Rioseco, con el 28,9%. El tercer lugar fue para el intendente de Neuquén capital, Horacio “Pechi” Quiroga, candidato del radicalismo pero socio político del precandidato a presidente, Mauricio Macri, que la vio de lejos y se quedó en 19,4%.

 

Si bien la lista Azul que lidera el gobernador Jorge Sapag y que llevó a Gutiérrez a ganar la interna del MPN es la más cercana a la línea del Gobierno nacional, cuesta encontrar en los resultados de este domingo una razón para celebrar en Olivos. Oscar Parrilli, neuquino y miembro de la mesa chica del kirchnerismo, fue el responsable de atraer a Rioseco y convertirlo en el candidato a gobernador del FPV. Ahí estaban puestas sus intenciones.

 

A quien sí puede adjudicársele una clara derrota es a Mauricio Macri y su aliado electoral y presidente de la UCR, Ernesto Sanz. El líder del PRO apostó fuerte y desde hace tiempo por Quiroga, un ex cobista que supo ser kirchnerista en épocas de la Concertación.  Tras algunos coqueteos con el Frente Renovador y alguna foto ocasional con Sergio Massa, “Pechi” ratificó su alianza con el PRO, que ya cuenta incluso con funcionarios macristas integrando el gabinete de la municipalidad neuquina. Pero el intendente de la capital no pudo darle al jefe de Gobierno porteño otra alegría en el interior, como las que acumuló el domingo pasado en Santa Fe y Mendoza.

 

Para Quiroga, además, es un duro revés ya que siendo la principal figura opositora al Gobierno nacional no le alcanzó siquiera para trepar a un segundo lugar. Y aunque en su entorno aguardaban en los días previos un escenario de polarización con el MPN, por algo –como contara días atrás Letra P– el intendente se guardó un plan B: todavía no puso fecha de elecciones en su ciudad y, casi con seguridad, buscará ahora reciclarse allí y buscar la reelección.

 

Las cenizas del volcán Calbuco paralizaron la actividad aeroportuaria, anularon el uso de alguna ruta y complicaron las zonas más cercanas a la Cordillera. Pero lo que asomaba con ser un protagonista central de la jornada terminó, apenas, cobrando un cheque de extra. Incluso los candidatos de la oposición, que durante la semana habían insinuado la necesidad de posponer la elección, terminaron admitiendo que incluso en estas condiciones se podía votar. “En casi toda la provincia la situación es normal, salvo en San Martín y Junín”, aseguró Rioseco cerca del mediodía; “La ceniza no modifica los resultados”, se sumó Quiroga. De hecho la participación estimada fue prácticamente idéntica a la de cuatro años atrás, entre el 75% y el 76%.

 

Jorge Sapag siguió la tónica que mantuvo a lo largo de la campaña: el peso de la disputa política se lo cargó en sus propios hombros. Dejando en claro que su heredero fue su apuesta personal ante la imposibilidad de traspasar al poder a un miembro de su dinastía familiar, el gobernador saliente se encargó de responder las advertencias de la oposición. “No hay que andar llorando por los rincones, abriendo el paraguas para el discurso de las 20 horas, lo que hay que hacer hoy es trabajar y correr la carrera”, disparó desde San Martín de los Andes, donde votó. A Gutiérrez, su joven delfín, lo reservó para los festejos. “Hay algunos que están nerviosos. Es como en un partido de fútbol, que cuando faltan 5 minutos, a algunos se les escapa una patadita de más” fue lo más duro que se le escuchó a Gutiérrez, flamante gobernador neuquino.

 

Igualmente, hubo jugadas para teñir a Gutiérrez de la épica histórica del MPN. Al ser ésta la primera elección en más de 50 años que el partido provincial no llegaba con un candidato de linaje comprobado -De 1963 y 1991, se repartieron el poder entre Felipe Sapag y Pedro Salvatori; después siguieron tres mandatos de Jorge Sobisch y ahí tomó la posta Jorge Sapag-, revolvieron los archivos y llevaron a votar a Pastor Gutiérrez, abuelo de Omar y con 100 años cumplidos, quien además es uno de los fundadores del MPN.

 

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