Medios y política

El vaciamiento de Diagonales, de Szpolski al intendente Echarren

El despido de los 11 trabajadores que le quedaban al diario digital platense es el golpe final de un proceso que nació de nalgas. El que lo desenchufa sería el jefe comunal de Castelli.

Para entender el final, puede ser útil comprender el inicio: a veces, el nacimiento explica la muerte.

 

Mal comienzo. Sergio Szpolski nunca quiso tener un diario en La Plata. Según se queja en privado el titular del Grupo Veintitrés, Diagonales fue, en el año 2007, un capricho de Cristina Fernández de Kirchner. Claro, no pudo decirle que no: ya era el empresario K mejor pago de la Argentina. Sus medios, a pesar de que circulaban poco y penetraban menos en el público ajeno al nicho de la política -en el Gobierno siempre se dijo que eran “ansiolíticos para La Jefa” en la guerra de nervios con Clarín-, se quedaban con la mayor porción de la torta publicitaria oficial. La ecuación nunca cerró para la Casa Rosada, pero fue un fabuloso negocio para Szpolski, que este año coronó su militancia kirchnerista ineficiente con su candidatura fallida a intendente de Tigre por el Frente para la Victoria. La etiqueta de empresario K, de todos modos, empieza a quedar vieja: sus tapas comienzan a escribirse en neutro de doblaje, lo que daría cuenta de que los buenos oficios de su correligionario Enrique “Coti” Nosiglia, que construyó un túnel subterráneo entre Mauricio Macri y el radicalismo, le estarían allanando el camino de la transición.

 

El Peor Final. Ocho años después, lo que queda de ese hijo no deseado que Spolszki odió tanto como a la misma ciudad de La Plata, donde solía pedir por favor que no lo llevaran nunca a pesar de que pasó de enemigo salvaje a aliado del intendente Pablo Bruera, es un tendal de trabajadores en la calle: los 11 que quedaban sosteniendo el portal fueron despedidos la semana pasada. Les prometieron indemnizaciones –que rechazarán- que no alcanzan el 30% de lo que corresponde. Mientras tanto, otros 13 empleados que se fueron con retiros voluntarios a fines de 2014, siguen reclamando que les paguen lo prometido. Hasta ahora, no cobraron nada. Literalmente, ni un peso.

 

Parto y guillotina. El partero Szpolski logró sacarse de encima al hijo no deseado en el año 2014, tres años después de expedirle el certificado de defunción a la edición en papel y reducir el diario –que había nacido con promesas de arrasar con la hegemonía de El Día- a su versión digital. El verdugo –quien finalmente le corta la cabeza- sería el intendente de Castelli, Francisco Echarren, como cara no visible de un “grupo inversor” manejado formalmente por colaboradores del jefe comunal y financiado, con pauta publicitaria oficial, por otros intendentes kirchneristas del llamado Grupo Oktubres, como el de Berazategui, Patricio Mussi, y el de La Costa, Juan De Jesús (h), y por el director ejecutivo de la Anses, Diego Bossio. Todos ellos, peronistas de Perón, Evita, Néstor y Cristina: militantes del proyecto nacional y popular que puso los derechos de los trabajadores al tope de su lista de prioridades.

 

Del papel al limbo de la web. En diciembre de 2011, Szpolski viajó a La Plata desde sus oficinas en Palermo y reunió a la redacción de Diagonales para notificarle que el diario ya no sería el mismo: no se editaría más en papel, a excepción de ocho páginas que se insertarían en los ejemplares que se distribuyeran en La Plata en Tiempo Argentino. Y que, a partir del 11 de ese mes, Diagonales seria sólo un diario digital. Ante sus empleados, el empresario, que a esa altura ya era socio del multimillonario Matías Garfunkel, juró que jamás volvería a La Plata. En eso, cumplió. Al mismo tiempo, aplicó los primeros recortes: algunos trabajadores pasaron al portal Infonews.com y otros a Tiempo.

 

Retiros (in)voluntarios. En junio de 2014, Diagonales comenzó a pasar de mano en mano como un mate. Szpolski se lo entregó a la firma Loro Communication S.A., de su principal operador y ex director editorial del diario Daniel Olivera, que contaba ya con el portal 24CON y puso en marcha, inmediatamente, un proceso de ajuste que apuntó a reducir a la mitad el plantel del diario online. Ofreció un plan de retiros voluntarios al que adhirieron, más presionados que convencidos, 13 trabajadores. El acuerdo fue rubricado ante el Ministerio de Trabajo y establecía el pago de la indemnización en nueve cuotas. No cobraron ni la primera.

 

Oktubres en noviembre. En ese mes de 2014, Olivera cedió Diagonales a Adalid Comunicaciones Argentina S.A, una firma constituida el mes anterior. El presidente de la empresa era, en ese momento, Hernán Carullo, que no era solo eso: también, el secretario privado de Echarren. Diagonales dejó de ser un diario con contenidos generalistas locales y centró su foco editorial en la política bonaerense, con especial interes en algunos municipios de la provincia. Según contaron a Letra P trabajadores del portal platense, Echarren y otros oktubres, como Mussi y De Jesús, contrataron generosos espacios de publicidad en el sitio y empezaron a protagonizar cataratas de centímetros de buenas noticias. La nueva firma controlante de Diagonales colocó en la dirección periodística a Vanesa Ramos, quien, para tomar este trabajo, debió renunciar a su cargo de directora de Cultura del Partido de la Costa, el distrito gobernado por De Jesús. El directorio de Adalid también lo integraba Agustina Antonelli, empleada de la Municipalidad de Castelli (desde agosto de 2014) muy cercana al intendente Echarren. Y Santiago Codina, un empleado del rectorado de la Universidad Nacional de La Plata que hacía de enlace entre la empresa y los trabajadores, terminó siendo el presidente de la sociedad y poniendo su nombre a los despidos.

 

Pago chico. Según el acta de constitución de la sociedad, publicada en el Boletín Oficial el 7 de octubre de 2014 (un mes antes de la adquisición de Diagonales), Adalid Comunicaciones Argentina S.A tiene domicilio legal en Lavalle y Caseros (sin número) de la ciudad de Castelli. En el mismo documento consta que Carullo y Antonelli, integrantes del directorio, tienen en común, además de haber sido funcionario y empleada, respectivamente, de la Municipalidad de Castelli durante la gestión del intendente Echarren, domicilio en ese distrito de la Quinta Sección Electoral.

 

Pobres soldados. La Real Academia Española define adalid como "una persona que actuaba como caudillo o jefe de un grupo de soldados o guerreros". A la luz de su comportamiento en materia de derechos laborales, la empresa dueña de Diagonales no ha sido buena con sus guerreros. Según el Sistema de Antecedentes Comerciales, en sus 12 meses al frente del diario digital platense, sólo registra pagos parciales de aportes en los períodos 11 de 2014, 2 y 6 de 2015. El resto está impago, como así también los aportes patronales a la obra social de sus trabajadores. Un dato: la deuda previsional es con el organismo conducido por Bossio que, según les dijeron a los empleados despedidos, financiaba casi el total de los costos de funcionamiento del portal.

 

El tiro del final. Después de una serie de medidas de fuerza llevadas adelante por los trabajadores a principios de 2015, en abril de este año se presentó en la redacción un tal Juan Ignacio García, que se identificó como el principal accionista de Adalid. Oriundo de Ayacucho, entre las credenciales que ofreció, García se describió como un “empresario” que “trabaja con la política”, recuerdan los periodistas del diario digital. En el inicio de su gestión, el hombre satisfizo algunos reclamos de los empleados, pero la semana pasada les vació un balde de agua fría sobre sus cabezas: los echó a todos. El jueves pasado, a los 11 les llegó el telegrama de despido firmado por Codina. En una reunión que mantuvo al día siguiente con los trabajadores, García les dijo que no cerrará el diario, pero que tiene que desprenderse de todo su personal. Arguyó causas de “fuerza mayor”: la derrota electoral del oficialismo, que pagaba el 80% de los costos de funcionamiento con la pauta de la Anses, lo dejó sin financiamiento, les aseguró. Y les juró que no quiso esperar a quedarse sin plata para poder hacer frente a las indemnizaciones. No obstante, les ofreció un resarcimiento de entre el 25 y el 30 por ciento de lo que les corresponde, según les advirtieron, en forma coincidente, los cinco abogados que consultaron. Por eso, en las próximas horas los despedidos formalizarán el rechazo de esa oferta.

 

En las sombras. Szpolski, efectivamente, cumplió: no fue más a La Plata, esa ciudad que odia. Y nada supieron los trabajadores de Diagonales de Los Oktubres, a pesar de que octubre fue bueno para ellos: el 25 de ese mes, los tres ganaron las elecciones y se aseguraron cuatro años más en el poder.

 

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