“Es imposible que tres tipos se escapen por el frente a las 2 de la mañana”. A esa conclusión llegó un juez provincial de ejecución penal que conoce muy bien la unidad 30 del Servicio Penitenciario Bonaerense, de donde, en la madrugada de este domingo, fugaron los internos Cristian y Martín Lanatta y Víctor Schillachi, los tres condenados por el triple crimen de General Rodríguez.
La Unidad 30 es un penal de régimen cerrado inaugurado el 6 de abril del año 2000. Está ubicado en el distrito bonaerense de General Alvear, en el centro de la provincia. Según precisó el juez a Letra P, el complejo posee tres sectores con nueve módulos, y en cada uno de ellos se dispone un “imaginaria de módulo” más otro en cada “pasillo de conexión”.
No sólo eso. Todos esos “pasillos de conexión” conducen a un sector común asegurado por cuatro rejas custodiadas por más guardias.
Por lo tanto, quien quiera salir del complejo debe reducir al guardia de su módulo y al del pasillo, luego atravesar esa fortaleza enrejada y neutralizar a los penitenciarios que la custodian. Pero no serán esos los únicos escollos: si tuvieron éxito en esa faena, al salir se encontrarían con una garita externa de control.
Y un dato más: “Los presos están engomados desde las 20”, explicó el magistrado. En jerga carcelaria, eso significa que los internos, a partir de esa hora, están encerrados en sus celdas. No circulan más por el penal porque ya no tienen ninguna actividad que lo justifique.
Por eso la conclusión del juez, que despierta todo tipo de conjeturas: “Es imposible que tres tipos se escapen por el frente a las 2 de la mañana”.