El intendente electo de cada distrito o quien fuera el candidato local por Cambiemos se encarga de comandar la campaña en el territorio. Lo asiste si es necesario un "vocero", es decir, un funcionario o legislador macrista, con alto nivel de conocimiento en el electorado. Si el distrito lo precisa, y la agenda lo permite, llega hasta allí la gobernadora electa, María Eugenia Vidal. E incluso el candidato a la presidencia, Mauricio Macri. Como sucedió la semana pasada en Moreno, Merlo y José C Paz, y como volverá a pasará en la tarde de este martes, cuando ambos desembarquen en varios puntos del Gran Buenos Aires.
Así funciona la campaña macrista que se ve menos: la de la calle, la más artesanal, la que no se hace en los grandes medios.
Siguen además las tradicionales caminatas, el puerta a puerta, las mesas adornadas con globos de colores y la entrega de la reducida boleta.
Si bien Cambiemos tuvo una buena elección en el conurbano, el macrismo se ilusiona con capturar votos del Frente Renovador en la Primera sección, y sumar algún voto de raíz peronista en la Tercera.
Por eso, refuerza, aunque bajo el mismo formato, la campaña en esta región. Para el miércoles, varios ex candidatos planean cierres de locales, con el slogan "caminata de la esperanza", como es el caso de Gladys González, la ex postulante a la intendencia de Avellaneda.
Y todos realizarán un cierre simultáneo y virtual el próximo jueves, cuando Macri corone la campaña en Humahuaca, Jujuy.
A partir de las 17, todos los jefes de campaña, operadores y demás referentes del PRO irradiarán el hastag de cierre y jugarán fuerte en las redes sociales.
Buscan inundar Twitter, Facebook y demás redes sociales con la consigna del cambio y la imagen del candidato presidencial, que el próximo domingo deberá pelear el ballotage con Daniel Scioli (FpV).
