Judiciales

Tras amparo contra Gils Carbó, el Gobierno prepara su revancha judicial

Letra P.- Buscará disciplinar a los jueces del fuero contencioso y para eso tiene listos dos proyectos. Los servicios de Dromi.

El fin de semana no dio tregua a los funcionarios del ministerio de Justicia que monitorean la polémica de Alejandra Gils Carbó por 16 designaciones que el viernes fueron tumbadas por un amparo que firmado por el juez en lo contencioso Enrique Lavie Pico. Para colmo ese pedido lo impulsó el legislador massista Mauricio D’ Alessandro.

 

Internamente se sabía desde el martes que el amparo salía porque lo había adelantado el operador Javier Fernández, que encuentra en la justicia en lo contencioso administrativo su principal bastión y donde es representado por su hermano Sergio que es camarista.

 

Al tanto de esta realidad, el kirchnerismo sabe que una intervención directa sobre ese fuero sería otro golpe a Fernández ya herido por los últimos cambios en la SIDE y como nunca alineado en la galaxia del Frente Renovador. Tiene sentido, más que nada porque ciertos funcionarios del macrismo han comenzado a preguntar por su patrimonio lo cual refuerza la idea de que en caso de una presidencia PRO uno de los objetivos sería limitar su influencia para ubicar otros interlocutores con los jueces.

 

Pero el kirchnerimo tampoco se queda quieto. Hay dos ideas que motivaron contactos en todas las direcciones durante el fin de semana. La primera sería reflotar el proyecto de un código de procedimientos que regule el fuero contencioso con el objetivo de limitar el efecto de las sentencias contra el Estado. Proyecto ya casi añejo del kirchnerismo, que se redactó a pedido de Julio De Vido y que corrigió Roberto Dromi.

 

El Plan B es más concreto y mucho más dañino: consistiría en pasar a retiro a todos los jueces que superen los 65 años, como es el caso de la gran mayoría del fuero contencioso federal. Ese camino se recorrería desde el Consejo de la Magistratura donde sólo hace falta un proyecto de reglamento que debería aprobarse por la mayoría simple que hoy el gobierno tiene en ese organismo.

 

La gran paradoja es que estas alternativas encuentran un gran alegrante en la figura de Alfredo Lijo el abogado hermano de Ariel, juez que porcesó a Amado Boudou en la causa Ciccone. Fredy Lijo también tiene en mente borrar la influencia del clan Fernández pero con un destino final distinto: una eventual presidencia de Daniel Scioli.

 

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