La presencia de Amado Boudou desató duras críticas de la oposición. El jefe del bloque de la UCR, Gerardo Morales, pidió su suspensión como presidente de la Cámara alta, al asegurar que su presencia en el recinto “le hace daño” y “entorpece el funcionamiento del cuerpo”.
Pero no fue el único: el socialista Rubén Giustiniani le pidió a Boudou que “dé un paso al costado hasta tanto la Justicia dictamine su culpabilidad o inocencia” en sus procesos judiciales, postura que, puntualizó, adhieren el radicalismo, el Frente Amplio-UNEN y la Coalición Cívica.
“¿Por qué este cuerpo, que debe tomar decisiones que tienen que ver con el dinero de todos los argentinos, está presidido por quien está sospechado de corrupción?” lanzó Norma Morandini, para preguntarle al Vice: “¿Usted mandaría a sus hijos a un colegio cuyo director está sospechado de abuso?”.
Harakiri
Con su tonada cordobesa, el senador de la alianza Frente Cívico Luis Juez aseguró que el vicepresidente está “abulonado” al “sillón” de la titularidad de la Cámara alta, pero le advirtió que la oposición continuará pidiendo su apartamiento toda vez que haya sesión.
“A caprichoso, caprichoso y medio”, replicó el ex intendente de la capital mediterránea, quien sostuvo que Boudou “no está en condiciones de conducir este debate” y somete “a todos, pero particularmente a la República y a las instituciones, a un momento complicado”, y su “desprestigio lo traslada al Parlamento”.
En su discurso, Juez le señaló a Boudou: “No le estamos pidiendo que se haga el Harakiri, sino que se someta a la Justicia” y agregó que “da la sensación que a usted le importa tres bledos” esta situación.
Duro cruce con los radicales
En defensa de Boudou el senador kirchnerista Salvador Cabral acusó al radicalismo y al socialismo de tener “las manos manchadas de sangre del pueblo”, al involucrar a esos partidos, entre otros hechos, en el bombardeo a la Plaza de Mayo en 1955 y a los fusilamientos de José León Suárez en 1956.
“Tienen por herencia las manos manchadas de sangre”, advirtió Cabral, luego que la oposición planteara el apartamiento de Boudou en la presidencia de la Cámara de Senadores.
Las acusaciones del legislador por la provincia de Misiones fueron rechazadas a los gritos por el jefe del bloque de senadores de la UCR, Gerardo Morales.
Por su parte, Ernesto Sanz le contestó a Cabral y llamó no juzgar a los partidos políticos por la conducta de sus integrantes.