El Gobierno tiene en carpeta la instrumentación de un nuevo mecanismo de “registro migratorio automático” que se instalará en Ezeiza y Aeroparque y un sistema de “control aduanero” más riguroso para todos los equipajes y valijas que traigan los pasajeros provenientes del exterior.
Según una resolución conjunta de Migraciones, AFIP, ANAC y la Policía Aeroportuaria; todos aquellos que adquieran pasajes aéreos al exterior deberán suministrarle a las aerolíneas un “paquete informativo” con 32 datos fiscales y personales.
Los ítems que deberán responder los pasajeros van desde el CUIT y el domicilio hasta el detalle de los últimos viajes y la forma de pago de los pasajes. Las compañías aéreas estarán obligadas a girar esa información previa a los organismos oficiales y completarla en el momento del viaje con los datos referidos a los números de asientos, el peso de los equipajes despachados y la cantidad de millas sumadas a los programas de fidelización que tenga cada pasajero.
Una vez que este sistema ampliado de información funcione a pleno –algo que debería suceder en un plazo no mayor a seis meses–, el Gobierno estará en condiciones de poner en marcha dos nuevos esquemas de control que tiene en las gateras.
Por el lado de los registros migratorios, lo que está madurando es un moderno sistema de control que evitará a los pasajeros tener que hacer las largas colas que se registran actualmente cada vez que salen o ingresan al país ante las cabinas de los agentes de Migraciones.
Al igual que en algunos aeropuertos de Estados Unidos y los países asiáticos más desarrollados, se instalarán unos equipos lectores de pasaportes de última tecnología que en pocos segundos escanearán los documentos para verificar la identidad de cada pasajero. Si no salta ninguna falla o alerta, el pasajero pasará directamente a la zona de embarque si parte al exterior o al sector de retiro de equipajes si ingresa al país.
Solamente aquellas personas que tengan algún problema con la documentación y no reciban el OK de las máquinas lectoras de pasaportes, deberán pasar por las cabinas del personal de Migraciones para aclarar su situación.
En el terreno aduanero, en tanto, la AFIP quiere instalar un nuevo sistema de control de equipajes que apunta a incrementar la recaudación con los derechos de importación que deben pagar los artículos y objetos que superen la franquicia de US$ 300 que tiene cada pasajero que llega del exterior.
El plan diseñado por el organismo que está bajo la órbita de Ricardo Echegaray, consiste en el manejo anticipado de la información referida a la cantidad y el peso de los equipajes que despache cada pasajero. Esos datos son los que, entre otros, tienen que suministrar a partir de ahora las aerolíneas a la Aduana, según las normas que se publicaron el jueves.
Si el peso de las valijas declarado en un vuelo supera al promedio que se registró en los viajes anteriores, el personal aduanero procederá a identificar ese equipaje y a revisarlo de arriba abajo cuando sea retirado de la cinta por el pasajero.
Además, la Aduana incorporará tanto en Ezeiza como en el sector de Aeroparque, donde operan los vuelos internacionales, nuevos escáneres que controlarán las valijas antes de que sean colocadas en las cintas de entrega a los pasajeros. Cuando esos equipos detecten algo anormal o la presencia de aparatos electrónicos, los agentes aduaneros marcarán las valijas con un chip o con una etiqueta para que sean abiertas en el último puesto de control que deben pasar los pasajeros antes de salir del aeropuerto.
El nuevo sistema de vigilancia aduanera también incluirá una medida que promete aumentar el malhumor de los viajeros. Los free shops deberán informar “online” todas las compras que efectúen los pasajeros tanto a la salida, como a la entrada al país.
Con esta información, la Aduana podrá saber de antemano si las adquisiciones de los pasajeros en los free shops superaron o no la franquicia adicional de US$ 300 que tienen para ingresar objetos al país libre de impuestos.