Lo hará con un recorrido narrado por el propio autor de “El túnel”, en imágenes y palabras, a través de los rincones del hogar que en su época de esplendor fue un verdadero foco cultural.
Lo hará con un recorrido narrado por el propio autor de “El túnel”, en imágenes y palabras, a través de los rincones del hogar que en su época de esplendor fue un verdadero foco cultural.
En el acto de inauguración, el viernes 19 de septiembre, se recordará el 30 aniversario de la presentación del informe “Nunca Más”, que elaboró la Comisión Nacional para la Desaparición de Personas (Conadep) presidida por el autor de “Sobre Héroes y Tumbas”.
De la inauguración que se realizará a las 18 en Langeri 3135, participarán parte de los integrantes de la Conadep y estará presente su hijo Mario, quien registró con grabaciones y filmaciones durante algunos años la cotidianidad de su padre.
Esos registros darán “vida” a la residencia del escritor. Sabato le contará a quien la visite, por ejemplo, sobre una foto familiar que se asoma en la entrada; usará el perchero principal con su sombrero, bufanda y abrigo; o dejará espiar, en la Biblioteca, las imágenes íntimas de su cumpleaños número 80.
Desde 2011, la Asociación Amigos de la Casa de Ernesto Sabato trabaja en la reconstrucción de la residencia de Santos Lugares, con el aporte de subsidios gubernamentales y donaciones de la gente.
Desde 1945 Sabato vivió allí junto a su mujer de toda la vida, Matilde; en el mismo lugar se criaron sus hijos Mario y Jorge (falleció en 1995), ahí mismo escribió casi toda su obra -en el jardín descansa una estatua de la diosa Ceres, traída del Parque Lezama por donación de la municipalidad en honor a Sobre héroes y tumbas- e incluso fue habitada por el brasileño Jorge Amado. Ahí mismo el escritor atravesó su enfermedad hasta el último de sus días, el 30 de abril de 2011.
Santos Lugares, ubicada a unas cuadras de la Capital Federal en el partido Tres de Febrero, del otro lado de la avenida General Paz, es referencia del segundo argentino distinguido con el Premio Miguel Cervantes.
La casa, además de ser un museo vivo destinado al encuentro casi íntimo con el escritor -su biblioteca, los espacios donde escribía, el jardín, los sillones- planea también transformarse en un centro cultural de cara a la comunidad, aunque por ahora faltan los recursos para desarrollarlas.