“Tenemos entrecruzamientos de algunos llamados entre teléfonos de la Casa Rosada con algunos narcos. Queremos saber quiénes usaron esos teléfonos”, indicó Servini de Cubría y contó que le pidió al secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, que informe sobre los números que aparecen en esas pericias.
Consultada sobre ese procedimiento en diálogo con radio Mitre, la magistrada señaló: “Le damos un tiempo y si no contesta le volvemos a reiterar el pedido, y si no contesta vamos a buscar allanar”.
Tras afirmar que se pudo comprobar que ingresó efedrina ilegalmente al país, la jueza le apuntó a la Sedronar y al exsecretario del organismo José Granero, quien se encuentra procesado en la causa, por entender que dificultó la investigación.
En este sentido, explicó que “la Sedronar hacía todas las denuncias en un lugar distinto” por lo cual “se dividió en varias causas y así es difícil poder investigar: cuando se divide una causa en 20 o 50, de alguna manera a uno le impiden la investigación”.
Servini de Cubría afirmó que “el narcotráfico tiene que tener el apoyo de adentro de alguien que sea importante, si no enseguida la Policía los localizaría a los narcotraficantes” y subrayó que “también tienen que tener apoyo de fuerzas de seguridad porque es fácil sino poder detectar”.
La jueza evaluó que en la Argentina “es muy difícil investigar una causa de narcotráfico, porque hay presiones de todos lados”, entre las que mencionó “amenazas” y que “los abogados se enloquecen”.
“Llevo 24 años de juez federal, he vivido momentos muy difíciles, pero éste es un momento muy difícil para la Justicia”, agregó la magistrada, quien precisó que “la creación de agrupaciones como Justicia Legítima dividió más a la gente” en el Poder Judicial, donde “hay empleados enfrentados unos con otros”.