La justicia federal continua amargándole la vida al vicepresidente Amado Boudou. La Cámara Federal porteña resolvió que el robo que sufrió su novia Agustina Kämpfer, en el cual le sustrajeron dos notebooks y un disco rígido, debe ser investigado por el juez Julián Ercolini. No será en el fuero ordinario, ya que el vehículo (un Audi A4 plateado) en el cual se encontraban esos objetos tiene inmunidad diplomática.
Nadie en la Cámara está convencido de que el robo haya existido. “No es explícito ni nítido el relato de la denunciante”, resaltó en su momento el fiscal ante la Cámara Federal, Germán Moldes, deslizando sospechas sobre el robo denunciado por Kämpfer cuandohabía dejado estacionado su vehículo sobre la calle La Pampa entre Vuelta de Obligado y Cuba, en el barrio de Belgrano.
En realidad, tal como sugirió Eduardo Farah, “las computadoras se perdieron para advertir que información muy valiosa podría salir a la luz según como venga la causa Ciccone, el robo es un montaje”. Farah, íntimo del operador Javier Fernández, es el más interesado en que se investigue a los financistas que aportaron dinero para la compra de Ciccone.
Este juez tiene una cercanía hasta el momento algo opaca con la familia Ciccone. Así se enteró que la empresa Donnelley es de interés para el Gobierno, porque tiene la tecnología necesaria para imprimir boletas electorales lo cual, con la cercanía a 2015, es un buen pretexto para atraer un comprador local que evite la sangría de empleos.
Hay otros hechos policiales que no dejan dormir a muchos de los involucrados en la causa Ciccone. La semana pasada José María Núñez Carmona llamó al abogado Diego Pirotta (a quien remplazó en su defensa por los hermanos Rubinska) para decirle que le pagaría parte de la deuda por su defensa. Acordaron una cita y la noche previa Núñez Carmona dijo haber sufrido un robo a mano armada y que por eso tardaría un tiempo más en pagar los honorarios atrasados. Lo raro es que, según Pirotta, el empresario se fue a Uruguay y ni siquiera habría hecho la denuncia en la policía. Núnez Carmona dice que no la hizo para no salir en los medios.
Otro caso, mucho más colorido, es el robo que también sufrió recientemente el periodista chimentero Luis Ventura, cuando le sustrajeron de su vehículo un maletín que contenía un pendrive, CDs y algún material impreso. A las pocas horas apareció en radio La Red para decir que el pendrive que le sustrajeron contenía información sensible de varias figuras de la farándula. “Hay personajes muy conocidos que mostraban facetas de su vida completamente diferente a lo que uno está acostumbrado a verlos”, sostuvo el director de la revista Paparazzi.
Esto se condice con la preocupación que tiene Alejandro Vandenbroele, que se sabe seguido de cerca por Ventura desde hace año y medio, cuando el chimentero decía que tenía forma de probar su vínculo con Boudou. Pidió de toda las formas posibles ser citado por Ariel Lijo para decir lo que sabía. Nunca lo logró (a pesar de alguna gestión tibia de Daniel Vila), aunque luego el juez contaba que Ventura solo podía ofrecerle facturas telefónicas intrascendentes.