Galuccio se impuso en la nueva ley de hidrocarburos y esperan la reacción de Sapag

Por Nicolás Fiorentino.- El CEO de YPF, con Kicillof y De Vido, presentó a las petroleras el proyecto de ley que el Ejecutivo llevará al Congreso. Pone fin al sistema de “acarreo” y tope a las regalías, lo que rechazaban en Neuquén y Mendoza, lo que complica la aprobación del plan en las legislaturas provinciales.

Tras largas y tensas semanas de negociación y con la sombra de los fondos buitres sobrevolando, el Gobierno nacional aceleró y presentó esta mañana la nueva ley de hidrocarburos, con la que intentará atraer las multimillonarias inversiones que se necesitan para extraer los recursos no convencionales. El texto es casi un calco del plan diseñado por el CEO de YPF, Miguel Galuccio, con aspectos muy cuestionados, sobre todo, por el gobierno de Neuquén, provincia dueña de casi la totalidad de la extensión de Vaca Muerta.

 

La presentación fue en el Ministerio de Planificación y en privado: solo funcionarios del Poder Ejecutivo, como el anfitrión Julio De Vido, el ministro de Economía, Axel Kicillof, el propio Galuccio y la flamante secretaria de Energía, Mariana Matranga, y representantes de las principales empresas del sector, como Chevron, PAE, Total, Pluspetrol o Tecpetrol, entre otras. Lo curioso es que no se haya convocado a las provincias miembros de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI), quienes venían negociando con el gobierno la redacción definitiva del proyecto que llevarán al Congreso nacional.

 

La redacción final del proyecto impactó de distinto modo en las provincias petroleras, cuyo liderazgo está en manos del gobernador chubutense Martín Buzzi, presidente de la Ofephi, y el neuquino Jorge Sapag, referente por el peso que implica Vaca Muerta en la negociación y principal detractor de la propuesta de Galuccio.

 

Fuentes oficiales confirmaron a Letra P que Buzzi estaba al tanto del texto que estaban terminando de diseñar Galuccio, Kicillof y el secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zannini. De hecho, estuvo la semana pasada reunido en soledad con De Vido, en las mismas oficinas donde hoy los gigantes petroleros se están informando del nuevo marco regulatorio que impulsa el Gobierno para desarrollar el potencial shale que ofrece la Argentina. A Neuquén, en cambio, los tomó por sorpresa. Este medio logró comunicarse con algunos voceros oficiales pero ninguno tenía claro cuál era la postura de Sapag, mientras en los despachos del gobierno provincial se movían de reunión en reunión para analizar la situación. “El gobernador dijo hace días que las negociaciones seguían por vías informales y que esperaban una respuesta a la contrapropuesta que llevaron los gobernadores –explicaron–. No sabemos si lo que están presentando hoy es o no esa respuesta”.

 

Fuentes de la negociación brindaron a Letra P detalles del proyecto que Galuccio les presentó hoy a las grandes petroleras. En sus lineamientos generales, que el Gobierno busca instalar como marco regulatorio general, unificando el cuadro legal y fiscal de todo el país, sostiene los puntos que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner les entregó a los gobernadores de la Ofephi hace poco más de un mes. Los mismos aspectos que los gobernadores, con Sapag a la cabeza, rechazaban.

 

Galuccio logró imponer, en primer lugar, que las regalías sean el único sistema de captación de la renta, lo que se traduce en el fin del sistema de acarreo. Este sistema, utilizado por varias provincias petroleras, principalmente Neuquén y Mendoza, imponía a las empresas privadas que licitaban áreas la obligación de entregar una porción de explotación, bajo el sistema de UTE (Unión Transitoria de Empresas) a las empresas provinciales de hidrocarburos. Esos porcentajes iban del 10% al 20%. Con esto, las provincias captaban ingresos por regalías y, además, ganancias como socias de la explotación. Aunque se quedaban con una porción grande de la torta sin poner un solo dólar de inversión. Este sistema es el que Galuccio rechaza, porque entiende es un espantador de inversiones, y que Sapag y otros gobernadores no quieren perder.

 

La iniciativa que hoy presentaron a las petroleras no lo deja así expreso, sino que habla de futuros “acuerdos” entre el Gobierno y las provincias para diseñar un sistema licitatorio único en todo el país. Pero a las empresas ya les señalaron que ese marco no tendrá la opción del acarreo.

 

Lo que sí se retiró de lo que traía el primer borrador era el efecto “retroactivo” de la ley. La primera propuesta de Galuccio exigía que las provincias revisen todas las áreas concesionadas con sistema de acarreo y que pongan en licitación todas las áreas que los gobiernos reservaron para licitar a través de sus empresas estatales de hidrocarburos.

 

Este escenario, salvo que haya mediado un acuerdo con los gobernadores que aún se desconoce, complejiza y mucho la posibilidad de conseguir un marco regulatorio general para el mercado hidrocarburífero. Es que mas allá de que el Ejecutivo consiga que el Congreso sancione la ley a partir de su mayoría automática, algo que igualmente asoma complicado, lo más difícil será que las distintas legislaturas provinciales luego adhieran a la ley.

 

A su vez, el proyecto fija topes en el cobro de regalías en 12% y 3% como máximo en Ingresos Brutos, otro aspecto discutido por las provincias. Y se transformarán en ley los decretos 927, que exime de impuestos a bienes de capital que necesiten importarse para desarrollos petroleros, y el 929, que ofrece un amplio marco de beneficios para inversiones no convencionales y off shore, como libre disponibilidad de reservas y eliminación de retenciones sobre un porcentaje importante de las ganancias. Estos dos últimos aspectos son los que la Ofephi sí quería tener transformado en ley, ya que se trata de un plan de promoción de inversiones financiado enteramente por las arcas del Estado nacional.

 

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