Este mediodía el PRO tuvo una parada compleja cuando se realizó la audiencia pública para evaluar los antecedentes de Martín Farrell, aspirante a un juzgado en lo contencioso administrativo de la Ciudad y rechazado por la oposición al macrismo por su actuación como director de Habilitaciones de la Capital cuando tuvo lugar el derrumbe del boliche Beara en el cual perdieron la vida dos adolescentes (septiembre, del 2010).
En las últimas horas las posibilidades de Farrell se vieron reducidas. Una vez terminada la audiencia, a la que se opusieron 16 impugnaciones, la oposición convocó a un plenario para mañana donde el pliego de Farrell podría naufragar. El peor presagio llegó desde la oficina de Cristian Ritondo, quien avisó que no piensa hacer demasiado para defender a Farrell.
Para el PRO lo más fácil, y con menos costo político, sería que mañana la oposición rechace el pliego. El plan de suspender las sesiones hasta que se cumpla el tiempo necesario (la fecha clave sería el 2 de julio) no solo que generaría un desgaste enorme sino que además habilitaría a la oposición a judicializar el tema.
El principal operador para trabar la designación de Farrell no está en la legislatura sino en el Consejo de la Magistratura porteño: Juan Manuel Olmos fue quien más presionó para lograr que el tema mañana llegue al recinto.
El lunes juez contencioso Marcelo López Alfonsín negó una medida cautelar contra la organización de la audiencia. El magistrado sostuvo que “no se aprecia configurado este presupuesto de las medidas cautelares”.
Hace dos semanas, la jueza Alicia Iermini lo sobreseyó a Farrell en la causa del boliche Beara. En la misma resolución, la magistrada procesó a la ex funcionaria Vanesa Berkowski por el delito de “cohecho”. Todos movimientos que fueron monitoreados por el operador que Mauricio Macri tiene en la justicia porteña, Fabián Rodríguez Simon.