Sociedad

La importancia de la donación de médula ósea y una historia llena de vida

Según el Incucai, cada año a cientos de personas se les diagnostican enfermedades hematológicas como la leucemia, entre otras. Pueden ser tratadas con un trasplante de médula ósea, algo que poca gente conoce y que en muchos casos no se difunde como se debería. Se cumple exactamente 1 año de un caso en la ciudad de Moreno, que grafica la situación y tuvo un final feliz, pero que en realidad fue solamente el inicio de una historia llena de compromiso para Paola, la hermana de Darío, que a partir de ese momento se dedica a brindar charlas y difundir la importancia de la donación, para concientizar a la gente. “Hay que crear una cultura de donación para poder transmitirle a la gente que donar es realmente sencillo”, asegura con alegría. En la provincia de Buenos Aires hay 14 centros de capacitación habilitados para realizar la donación. La importancia de donar para dar vida en vida.

A principios de abril, el ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires celebró el Día Nacional del Donante de Médula Ósea con el slogan “Sumate. Doná vida en vida”. En la ciudad de La Plata, más de un centenar de personas se mostraron intrigadas en saber qué es eso de donar células. Así, expertos del Cucaiba y del Instituto Provincial de Hemoterapia explicaron que una extracción de sangre permite obtener las llamadas células progenitoras hematopoyéticas, que pueden resultar vitales para personas con enfermedades oncohematológicas, como las leucemias. Además son útiles para pacientes con cuadros severos de anemia, linfomas, aplasia medular, mieloma múltiple o enfermedad de Hodgking.

 

Paola es la hermana de Darío, un joven de 25 años al que en octubre de 2012 le diagnosticaron leucemia. “El diagnóstico se confirma el 28 de octubre, y la vida ya desde ese día, nos cambió para siempre”, recuerda Paola, comentando que a su hermano le detectaron la enfermedad prácticamente de un segundo a otro, luego de reiteradas fiebres, todo en el marco de una vida normal, como cualquier persona que estudia, trabaja y se divierte con amigos saludablemente.

 

“Ahí empieza nuestra historia, difícil, dura, llena de sensaciones. Ese día recorrimos muchos hospitales provinciales y porteños; en ninguno había camas. Mi madre estaba desesperada con el estudio de sangre en la mano, hasta que en el hospital Argerich aparece una doctora que estaba de guardia y cuando miró los estudios bioquímicos nos dice que el señor que le había hecho todo el análisis era su padre. Ahí creo que fue como un milagro”, rememora Paola y cuenta que “esa doctora lo ingresa junto con un equipo de residentes y esa misma noche todos trabajaron incansablemente por mi hermano, que ya había empezado a descomponerse. Los glóbulos blancos habían llegado a 195 mil, cuando lo normal es de 5 mil a 10 mil”.

 

En noviembre confirmaron que lo de Darío era una leucemia linfoblástica aguda y a los pocos días ya la historia clínica planteaba que era candidato a trasplante de médula ósea (TMO). Es que ese tipo de leucemia no se cursa solo con quimioterapia. Cuando se necesita un TMO, siempre se comienza analizando el perfil genético de los hermanos, y así fue como continuó el siguiente capítulo: “mis hermanos, el mayor y el menor, y yo, nos realizamos en el hospital Durand el estudio de histocompatibilidad (HLA) que sirve para analizar el perfil genético de un ser humano y así poder compararlo con el HLA del paciente enfermo. Algo que nunca en la vida se me va a borrar es habernos tomado los tres hermanos de las manos y rezar, con la esperanza y el optimismo puestos en que en alguno de nosotros estuviese la cura al mal que padecía nuestro hermano. Y en diciembre brilló la vida: mi hermano menor afortunadamente resulta ser histoidéntico. El TMO sería posible”.

 

Tras algunas fases de quimioterapia resistidas muy bien, Darío fue trasplantado el 3 de mayo del año pasado. A partir de ese momento, recuerda Paola, “teníamos que pasar la prueba más difícil de todas: la vida o la muerte, en primer plano. Todo era cuestión de esperar y hacer fuerza para que el injerto donado por Pablo, no sea rechazado por el cuerpo de Darío. La evolución fué excelente, le dieron el alta a menos de un mes de haberlo ingresado al Htal Rossi de La Plata. Luego estuvo unos días en el Hogar de Tránsito que pertenece al CUCAIBA, para poder ser controlado estando cerca del Hospital. Y por fin un día, 24 de mayo, mi hermano campeón, ídolo, sabio, vuelve a casa”. El tratamiento post TMO consiste en controles semanales las primeras veces, luego quincenales, como ahora en el caso de Darío. Él se encuentra muy bien y haciendo música de nuevo, como lo hizo siempre.

 

“Crear una cultura de donación”

 

Lo cierto es que a raíz de toda esta situación, Paola -estudiante de Medicina- comenzó a dedicarse a difundir, informar y fundamentalmente a concientizar a la gente de la importancia de la donación de médula ósea, para salvar vidas. “Hay que romper los esquemas de miedo, el tabú que existe con la donación en sí, hay que crear una cultura de donación, para poder transmitirle a la gente que donar realmente es sencillo”, le comenta a Letra P.

 

“Yo tengo una amiga, en el cielo, que se llama Laura Herrera, estudiante de Medicina de 25 años, platense, que padeció Leucemia, la misma que mi hermano. Su hermana no fue compatible y se buscó incansablemente el donante, pero llegó en un momento muy crítico de la enfermedad de Lau. Aunque fue trasplantada, todo se complicó y Laura nos dejó en julio de 2013, por eso es importante que la gente sepa también que hay momentos justos en la enfermedad, donde el trasplante debería realizarse”, recuerda Paola.

 

“Los gobiernos lamentablemente no difunden como se debería; si lo hicieran, no seríamos los jóvenes los que estamos atrás de esta causa levantando la bandera de la lucha para que se tome conciencia y se entienda la importancia de ser donante. A mí no me alcanza con un folleto que diga que tenés que ser donante, hay que enseñar. Hay que hacer una gran campaña, que pueda difundirse a través de los medios y las redes sociales, que llegue a todos. Y lo voy a hacer, intentando que llegue al corazón de todos los que la vean”, reflexiona además en tono crítico, exigiendo un trabajo más intenso para concientizar a la población y destacando que en muchas oportunidades la falta de insumos en los hospitales –entre otros problemas-, dificulta la tarea al momento de la donación.

 

Paola va por la vida aprovechando su tiempo para contar su historia pero fundamentalmente para enseñar. “Las actividades que hago son diversas y siempre trato de seguir ideando cosas para y por el otro. Primeramente reconozco que las redes sociales te ayudan a transmitir un mensaje y sé que muchas personas se sumaron a la causa gracias a mi historia personal con mi hermano. Como todo en la vida, siempre llega un momento en el que uno quiere hacer algo por alguien”, cuenta.

 

Así, detalla que “me dedico a dar charlas en las escuelas, presentando ante las autoridades proyectos pedagógicos para discutir con el docente -generalmente de Ciencias Naturales-, aunque también puede ser abordado desde las Ciencias Sociales en lo que respecta el marco legal de la Donación. Charlo mucho con la gente en todos los ámbitos en los que estoy. Tengo mi remera con la que voy a todas partes y la gente me pregunta. Siempre llevo folletos explicativos y los reparto esté donde esté y a todos, hasta en el bondi. Incluso ahora estoy en un proyecto de tipo cortometraje para llevar con la ficcion la realidad de la leucemia. Hay que lograr que la lucha contra la leucemia sea una lucha social”.

 

La provincia de Buenos Aires cuenta con 4 Unidades de Trasplante de Médula Ósea No Emparentado: HIAEP “Sor María Ludovica” de La Plata, Hospital Universitario Austral de Pilar, Hospital Italiano de La Plata y la UTMO HIGA “Rossi”. Esta última, es la única unidad del sistema público de salud del país para pacientes adultos. Además, en territorio provincial existen en la actualidad 14 centros de donantes donde las personas pueden concurrir para hacer efectiva su decisión de inscribirse como donante de médula ósea y sumarse a los más de 33 mil bonaerenses que ya se han incorporado al registro.

 

Los centros de captación habilitados para donar células progenitoras hematopoyéticas (servicios de hemoterapia) se encuentran en las ciudades de La Plata (Instituto de Hemoterapia de la Provincia de Buenos Aires en 15 y 66); Mar del Plata (Hospital Privado de la Comunidad en Córdoba 4545) y (Centro Regional de Hemoterapia en Estado de Israel 3698); Merlo (Hospital “Héroes de Malvinas” en Ricardo Balbín 1910); San Isidro (Hospital Central Municipal en Santa Fe 431 1P – Acassuso); Pilar (Hospital Universitario Austral en Juan Domingo Perón 1500 – Derqui); Bahía Blanca (Hospital Municipal Leónidas Lucero Estomba 968); Tandil (Hospital Municipal Santamarina en Gral. Paz 1406); San Nicolás (Hospital San Felipe en Moreno 31); Mercedes (Hospital Blas Dubarry en calle 12 nro. 825); Pigüé (Hospital Pigüé en Liniers 46); Coronel Pringles (Hospital Municipal Manuel Cabrera en 25 de Mayo 1650); Bolívar (Hospital Municipal Miguel Capredoni en Av. Calfucura S/N); y Daireaux (Hospital Municipal Pedro Romanazzi en Pellegrini 1136).

 

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