Sociedad

Guido Carlotto se sumó a la polémica por el servicio militar y desestimó el pedido de Ishii

En una entrevista para Infobae TV, el secretario bonaerense de Derechos Humanos Guido Carlotto desestimó la propuesta de volver al servicio militar obligatorio: “no puede ser el Ejército un espacio de contención de problemáticas sociales”. De esta forma se puso en contra del senador Mario Ishii, quien había encendido la polémica días atrás. “La solución no es la mano dura. Nunca dio resultado”, aseguró.

Carlotto reconoció las dificultades y las nuevas problemáticas que se producen al interior de la sociedad, y subrayó que lo importante es determinar cómo se abordan. “Tenemos que decidir si es con inclusión social, o con políticas represivas”, explicó en relación a las políticas públicas destinadas a los denominados “ni ni” -ni trabajan ni estudian-. “La concepción del rol del Ejército en la sociedad ha cambiado muchísimo en los últimos años, gracias a Dios. No puede ser el Ejército un espacio de contención de problemáticas sociales”, dijo el hijo de Estela de Carlotto. “El debate en torno a la proscripción es una cuestión que quedó en el pasado, lo enterramos hace 20 años”, afirmó también y remarcó: “Una propuesta así es terriblemente discriminatoria y antiperonista”.

 

“No hay un antagonismo entre seguridad y derechos humanos. Esa es una falsa dicotomía”, razonó Carlotto y agregó que “desde el año 2003 se ha instaurado una concepción de cómo abordar los problemas argentinos que tiene que ver con el pleno respeto de los derechos”.

 

Carlotto explicó que, desde algunos sectores, intentan instalar que “los que estamos en derechos humanos atacamos la justicia o la seguridad, o directamente que sólo defendemos a los delincuentes. Esa es una falsa dicotomía, y es muy extraño” que dirigentes peronistas abreven en esas concepciones. “Creo que vamos por el buen camino; pero lo que no vamos a permitir, desde los lugares que nos toca ocupar, es recurrir a viejas herramientas”, advirtió y agregó: “Si no hay propuestas serias, es mejor no decir cualquier cosa. No tiene sentido”.

 

“La solución no es la mano dura. Ninguna política en ese sentido dio resultado. El mejor ejemplo es Giuliani (Rudolph, alcalde de Nueva York entre 1994-2001), el de tolerancia cero: eso terminó en mayores índices delictivos y en un negocio inmobiliario para desalojar a un barrio negro”, comparó.

 

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