El pedido del abogado querellante ante los jueces del Tribunal Oral Federal Número 2 en el juicio por la tragedia de Once se basó en un cambio de acusación contra Córdoba, que de estrago culposo debería pasar a estrago doloso, con una pena máxima de prisión de 25 años, y en que -a su entender- por la expectativa de la pena existiría riesgo de fuga.
Según el abogado que representa a la querella mayoritaria, algunos de los testimonios escuchados hasta ahora de los primeros 18 testigos dan cuenta de que el maquinista no actuó con negligencia sino con intención. “Los testigos hablaron de una conducción deficiente por parte del motorman. Una de ellas hasta lo escuchó hablar a los gritos diciendo que los frenos no andaban. El sabía conscientemente que no andaban y nunca se comunicó con nadie para avisar, nunca hizo nada”, destacó.
El cambio de carátula fue pedido por la declaración de la testigo Norma Barrientos, quien sostuvo que en la estación de Morón escuchó a Córdoba decir que fallaban los frenos del tren. Por ello, para el abogado, el motorman debía representarse que se podía producir un accidente, pero de todos modos continuó su marcha sin detener el tren y cancelar el servicio en esa estación. Algo que Córdoba no hizo y que según el abogado querellante Gregorio Dalbón junto con la desactivación intencional del sistema de freno de “hombre muerto” podría entenderse como un acción “dolosa” del motorman.
Dalbón solicitó que el fiscal Fernando Arrigo se expresara al respecto de su pedido, pero el Tribunal sólo dijo que tendrá en cuenta su reclamo, y no dio lugar a que el representante del Ministerio Público Fiscal diera su parecer al respecto
El juicio continuó con más testimonios de sobrevivientes. El relato más polémico fue el de Eugenio Barbich, un joven que aseguró ser usuario del Sarmiento desde 1998. Contó que ese día se tomó el tren en la estación de Padua cerca de las 7.40, que no percibió “algo anormal” en el viaje, aunque sí le pareció que el coche entró a la estación Once “un poco más rápido” que de costumbre. Miriam Octavo, otra testigo dio su relato con muy pocas precisiones: dijo que el tren estaba lleno y por ello no percibió nada anormal durante el viaje.
El presidente del Tribunal, Jorge Tassara, manifestó su enojo ante preguntas poco precisas de algunos querellantes. “Es público cómo funcionan los trenes desde hace 70 años en Argentina, ¿qué es lo que quiere preguntar? ¿Si mejoró el servicio? Por favor doctora, sea clara”, se quejó Tassara dirigiéndose a una de las abogadas querellantes de la familia Menghini.
Los testigos seguirán desfilando por el tribunal el lunes y martes próximo, desde las 9. Hasta ahora pocos relatos parecen poder esclarecer con precisión qué pasó ese día y por qué ocurrió tamaña tragedia.