Aquella mañana, en la apertura del Congreso, una parte de los congresales –encabezados por el secretario general a nivel provincial Oscar de Isasi- puso en debate si un miembro del Consejo Nacional de ATE podía estar presente en el recinto. En ese momento se llamó a votar y de esta forma el total de los dirigentes se dividió en dos. Los que no estuvieron de acuerdo con aquella manera de proceder, se fueron.
La persona en cuestión es quien hasta hace poco fue director de Organización de la CTA Nacional, Julio Ortellado, y las razones por las cuales el reconocido dirigente del sector fue el centro de la escena en aquel episodio van más allá de lo estrictamente gremial y político. Lo que pasó marca un antes y un después en la conducción actual del gremio, porque de esta manera se decide poner en debate una cuestión que era un secreto a voces interno y que ahora sale a la luz.
En el año 2012, una mujer que trabaja para Ortellado lo denunció porque, según su relato, la obligaba a mantener relaciones bajo amenazas. La denunciante era además la mujer de otro militante de ATE y de la CTA. Por su parte, Ortellado niega los hechos que se le imputan en la causa nro. 0600018754/2013.
Lo que pasó en el último Congreso realizado en La Plata grafica el estallido interno en ATE, que se centra específicamente en la denuncia contra Ortellado y divide las aguas entre quienes alzan la voz y deciden apartarlo y quienes no hacen nada al respecto.
Este tema generó mucha controversia en el interior de ATE y de la CTA, ya que muchos decidieron defender a Ortellado de las acusaciones y otros, en cambio, no. Lo cierto también es que aquellas denuncias no son las primeras contra el dirigente, porque en otras oportunidades también se lo denunció por maltratos. La diferencia es que en esta ocasión se decidió ir a la Justicia.
En ATE saben que este es un tema muy sensible porque se trata de un dirigente muy reconocido, con más de 20 años de militancia junto a Hugo “Cachorro” Godoy y Oscar de Isasi, entre otros. Por eso tampoco se hizo público en su momento, pero sí se solicitó que se lo separara de sus responsabilidades políticas hasta tanto se resolviera el tema en la Justicia.
Desde el bando de Isasi decidieron tomar partida y eso fue lo que en realidad se votó en el último Congreso. Se optó por no sostener a nadie denunciado por abuso, aunque se trate de un dirigente del renombre en la conducción. Gran parte de los afiliados a ATE pidió por la separación definitiva de Ortellado –especialmente mujeres- hasta tanto la Justicia resuelva el tema.
Hablando de lo político, desde diciembre de 2012, Ortellado comenzó a llevar a cabo distintas alianzas con seccionales de ATE que ya manifestaron su decisión de disputar la conducción del gremio el año que viene, y que están fuertemente ligadas al PJ.
Esto, sumado a la anterior situación, parece ser el plato principal de la pelea política desatada por la conducción.