“(El viceministro de Justicia) Julián Álvarez me llamó para ofrecerme el sistema de testigos protegidos. Pero esa figura no cuadra para esta situación y, además, la Argentina es difícil”, consideró.
Además, en declaraciones a un matutino porteño rechazó las afirmaciones de la defensa de Amado Boudou en el sentido que las amenazas que denunció haber recibido serían para que declare en contra del vicepresidente.
“Si la defensa de Boudou dice que yo declaré a su favor, ¿por qué no me llamó él para solidarizarse con lo que estoy pasando?”, remarcó.
Según evaluó, en la causa “ahora hay otro juez” y él no está más en el Ministerio de Economía, por lo que “pasaron muchas cosas en el medio y quizá no quieran que responda más preguntas”.
Por otra parte, aclaró: “no me pongo al nivel de la gravedad de lo que ha padecido Julio López, sólo quise plantear que, al igual que él, yo soy un testigo amenazado en democracia, nada más”.
“El clic ocurrió el día previo a irme, y por eso me fui. Tras las primeras amenazas que padecí con mi familia y que usted reveló, pasé días sin salir de mi casa. Cuando volví a salir, digamos que acentué el uso de los espejos retrovisores. Y ese día, un auto me siguió un buen trecho, hasta que al entrar en una rotonda aceleró y se tiró encima. Por suerte logré esquivarlo”, dijo.
Del mismo modo, señaló que su deseo no era irse del país y agregó que quiere volver. “Pero no está en mis manos volver y dependo de la ayuda que me están dando algunos amigos y plata de mi familia. Volver está en las manos de otros”, sostuvo.