Al inaugurar un Congreso Nacional para difundir los alcances del proyecto, el titular de la cartera subrayó que “el trabajo de depuración y ordenación metodológica y sistemática realizado, permitió que quedaran vigentes algo más de tres mil normas, aproximadamente un 10% de las que existían”.
Para Alak, “representa un aporte significativo para alcanzar una mayor seguridad jurídica, una mejor institucionalidad; y por sobre todas las cosas para garantizar que todos los ciudadanos puedan conocer las leyes vigentes”.
En ese sentido, acompañado por el secretario de Justicia, Julián Álvarez, y el diputado nacional Daniel Tomas, el ministro consideró que el proyecto, con media sanción de Diputados y está próximo a ser tratado en el Senado, “supone una profunda democratización del derecho, porque el conocimiento de las leyes dejará de ser monopolio de legistas y especialistas del derecho”.
Alak manifestó que “la reorganización de la configuración jurídica del país es un hecho histórico que alumbra de modo silencioso y consensuado, porque todos sabemos la necesidad imperiosa que hay de ordenar y depurar la inflación y contaminación legislativa existente”.
Tras afirmar que “la ley de leyes, después de la Constitución, es el Digesto Jurídico”, explicó que la iniciativa “es parte de un marcado proceso de reforma y modernización legislativa, que busca seguridad y previsibilidad en las normas y contribuir significativamente al histórico proceso de fortalecimiento de la calidad institucional que atraviesa la Argentina”.
También apuntó que “académicos y profesionales han concretado un trabajo colosal, histórico y prácticamente único en el mundo, que vuelve a colocar a nuestro país en una nación pionera y de referencia internacional en materia de ordenamiento jurídico, tal como lo fue en su momento con el Código Civil de Vélez Sarsfield y el Código Penal de Moreno”.
Finalmente, Alak dijo que “el desafío de concretar el Digesto Jurídico Argentino era una importantísima deuda nacional con el estado de derecho”, y argumentó a favor de la depuración normativa con palabras del Barón de Montesquieu, filósofo y político francés, cuando dijo que “las leyes inútiles debilitan a las necesarias”.