La semana pasada, en un encuentro organizado por el bloque de senadores de la Unión Cívica Radical (UCR), representantes del interior de la provincia de Buenos Aires se reunieron en el salón de los escudos de la Legislatura para denunciar irregularidades en el servicio de agua potable. Y el problema de Carlos Casares, fue de los que más resaltó.
Gracias al trabajo de un grupo de jóvenes en 2004, se descubrió el alto nivel de arsénico que hay en el agua, situación denunciada por los vecinos, que organizados, y de forma autónoma, recogen muestras por la elección de una casa al azar. Allí, advirtieron la distribución de agua con arsénico y aluminio.
“Nuestra ciudad es el colmo, porque se invirtió en una planta especial de tratamiento y el manejo optimó duró 4 años”, esas fueron las palabras de los representantes de la ciudad en la Cuarta, mientras exponían ante los presentes una muestra de agua color rojiza.
Ante la consulta de Letra P, desde la entidad que encabeza Guillermo Scarcella desmintieron lo que se planteó en el encuentro de La Plata. “El agua que entrega ABSA a través de la red para las localidades de Carlos Casares y Pehuajó, es tratada en la Planta de Abatimiento de Arsénico, y la misma funciona en forma continua y sin inconvenientes”.
La cuestión parece tener varios capítulos más, sobre todo por la situación que los mismos vecinos plantean y denuncian la gestión de la empresa estatal, apuntada en esa zona de la provincia de Buenos Aires.