La agencia estadounidense dedicada a combatir el narcotráfico, mejor conocida como la DEA, está de regreso. Hace un año había limitado al mínimo su presencia en el país pero ahora vuelve a la carga y en un lugar bien conocido: los tribunales federales de Comodoro Py. Jueces y fiscales están desarrollando contactos semanales con la oficina porteña del organismo y aunque no se diga, tiene el visto bueno de Sergio Berni.
Febrero del 2011 quedo muy atrás. Fue cuando el canciller Héctor Timmerman, alicate en mano, requisó una valija de agentes de ese organismo que legaban al país. En el Gobierno siempre se dice que fue por ese desliz que Barack Obama nunca recibió a solas a Cristina Fernández de Kirchner. En sus años de senador el actual presidente de Estados Unidos era un efusivo defensor de ese organismo.
La DEA actualmente tiene un delegado en Buenos Aires y para llegar a su oficina es preciso pasar por el “filtro” de la embajada estadounidense que en estos momentos no tiene un embajador nombrado por Washington.
El funcionario a cargo es Kevin Sullivan que tiene cargo de Encargado de Negocios. Es un graduado de Princeton y que, literalmente, esta aterrorizado por los reportes que llegan sobre la escalada narco.
Es lo que le transmitió a 3 jueces federales que lo visitaron en la embajada de la Avenida Libertador. Con aires de consternación les transmitió que en la embajada hay registros que datan del 2007 en los cuales ellos ya alertaban al Gobierno sobre como grandes extensiones de tierra en torno a la ciudad de Rosario eran adquiridas por colombianos sospechados de actividades delictivas. Es más, les dio a entender que en esos latifundios están funcionando pistas de aterrizaje clandestinas.
La DEA tiene dos referentes históricos en el edificio de ComdoroPy. Uno es el juez de los tribunales orales en lo penal económico Claudio Gutiérrez de la Cárcova y el otro es el fiscal Raúl Plee. Ambos han realizado capacitaciones y tiene un dialogo constante con la dependencia de ese organismo que se ocupa de América Latina.
Otra presencia común en la embajada es el ex fiscal general de la Ciudad Germán Garavano que por ahora se presenta como desempleado y busca alguna oportunidad.
El secretario de Seguridad Berni también acompaña la mejora de las relaciones como no lo hicieron ni Arturo Puricelli ni Nilda Garré. El mismo está alentando a algunos jueces a que instauren una línea directa con el organismo porque dice confiar más en esos servicios que en los que pueden brindar la policía o la SIDE. El resultado se verá en poco tiempo.