El dirigente gremial también afirmó que su gremio dejó la central liderada por Moyano porque “no” estaba “de acuerdo con ciertas alianzas, en particular con la CTA” y porque vieron que en las primarias “la CGT estaba tomando un cariz partidario, como un partido de oposición”.
“El movimiento obrero tiene que discutir y participar en política, pero no creo que haya que partidizarlo en oposición al Gobierno”, sentenció Palazzo.
Consultado si el Gobierno lo presionó ayudándolo a destrabar el conflicto económico con la obra social del sindicato, el dirigente respondió que “no, nadie nos vino a presionar” y remarcó que fue “una decisión nuestra dejar la CGT”.
Además, Palazzo explicó que su gremio no fue al paro porque estaban “en paritaria y hacer una medida de fuerza en medio de las negociaciones es diluir la fuerza de los sindicatos”.
“Fue una medida importante pero de la que no hay que abusar, sobre todo en la situación confusa que atraviesa el país”, dijo Palazzo al diario Perfil y agregó que “no” cree que esta huelga “haya beneficiado a ningún partido opositor”.
También dijo que logró “el mejor acuerdo salarial: 29 por ciento en un solo tramo, dos compensaciones económicas de 1.200 pesos y otra de 5.500 pesos por el Día del Bancario”.
Ante la pregunta sobre si Moyano tiene futuro político, contestó que “no hay que mezclar las cosas: el día que un dirigente gremial se aboque a la política, tiene que dejar su espacio gremial”.
Evaluó que antes el “poder de fuego” en la CGT opositora lo tenía su gremio y ahora que ya no están, “hay un debilitamiento de la CGT Azopardo” porque “el poder de fuego real lo tiene Camioneros”.
Consultado sobre si fue un error de Moyano volcarse a la política, el dirigente bancario afirmó que “fue una decisión personal de él”, pero señaló que le “parece que arriesgó mucho y no le fue bien al dedicarse a la política”.