“Yo sé dónde murió mi hijo, quién lo mato, también de mi nuera y de la desaparición de mi nieta, que la estoy buscando por todo el mundo y nunca logré que se abriera un archivo en la Iglesia”, agregó, en declaraciones a FM La Plata.
“Yo sé dónde murió mi hijo, quién lo mato, también de mi nuera y de la desaparición de mi nieta, que la estoy buscando por todo el mundo y nunca logré que se abriera un archivo en la Iglesia”, agregó, en declaraciones a FM La Plata.
Al respecto, amplió: “Yo sé que en el Vaticano hay datos, a mí ya no me engañan las palabras y los gestos, quiero verdades y quiero encontrar a mi nieta antes de morirme. No sé de los adultos, pero estoy segura que de los niños desaparecidos hay datos en el Vaticano”, afirmó.
En ese sentido, argumentó: “tres obispos me dijeron a mí que me iban a ayudar a encontrar a la niña y una semana después me recibían con cara agria y me echaban de la Iglesia diciéndome que rezara y punto. Estuve llamando, preguntando, llorando y nunca conseguí nada más que me señalaran la puerta”, recordó.
Los archivos de la dictadura
“Me parece magnífico, pero también quisiera que lo hubieran hecho antes” sostuvo en referencia a la entrega de los archivos secretos de la dictadura que llevó a cabo ayer el ministro de Defensa, Agustín Rossi.
“No termino de entender cómo esos papeles han estado 30 años por ahí y nadie los vio”, insistió, tras lo cual destacó que “sería bueno, para quienes murieron y para los que aún estamos vivos, que de esos documentos pueda salir algo“. Conocerlos antes “nos podría haber ahorrado muchísimo sufrimiento”, consideró.
Por otra parte, respecto de los documentos hallados en dependencias de las Fuerzas Armadas aseguró ser “mal pensada” por lo que opinó que “tendrán cosas no muy importantes” para los familiares de las víctimas.
“Esperemos a ver qué contiene porque palabras hemos tenido muchas a lo largo de los años, promesas, esperanzas, pero ¿dónde está mi nieta?”, se preguntó.