“Me siento interpelado a hacerme cargo de todo el mal que [hicieron] algunos sacerdotes, bastantes. Bastantes en número, no en comparación con la totalidad. Hacerme cargo de pedir perdón del daño que han hecho por los abusos sexuales de los niños”, sostuvo el argentino.
Además, aclaró que “la Iglesia es consciente de este daño; es un daño personal y moral de ellos. No vamos a dar un paso atrás en lo que se refiere al tratamiento de estos problemas y a las sanciones que se deben poner, al contrario. Creo que debemos ser muy fuertes. Con los chicos no se juega”.
Según Radio Vaticano, el Papa pronunció esta frase en una audiencia con una delegación de la Oficina Internacional Católica de la Infancia (BICE, por sus siglas en francés), que se realizó en Roma.
Sobre el aborto, el sumo pontífice tuvo expresiones contrarias al igual que sobre el matrimonio igualitario. “El aborto y el infanticidio son delitos abominables”, dijo y se pronunció a favor de “reiterar el derecho de los niños a crecer en familia, con un papá y una mamá capaces de crear un ambiente idóneo para su desarrollo y su maduración afectiva”.
“Para seguir madurando en relación con la masculinidad y la feminidad de un padre y de una madre”, reiteró y se distanció de sus primeras frases al asumir como Papa y buscar la conciliación con los sectores opuestos a la Iglesia.