Con el Frente Gremial Docente Bonaerense (FGDB) y la Unión de Docentes de la provincia de Buenos Aires (UDOCBA) totalmente alejados de lo que busca el Estado bonaerense, en medio de un amparo que fue dado a lugar, desde el kirchnerismo salieron a reclamar que de una vez por todas las partes se sienten a negociar y que comience el ciclo lectivo 2014.
En la tradicional conferencia de prensa de todas las mañanas, el jefe de gabinete argentino, Jorge Capitanich, se refirió al conflicto entre el Estado bonaerense y los sindicatos que nuclean a los trabajadores de la Educación del territorio que maneja Daniel Scioli.
“Entendemos que existe un curso de acción, basado en una decisión de carácter judicial. Debe ser acatada por las partes, pero amén de eso nos parece muy importante preservar las condiciones de negociación que sea beneficiosa para la educación pública”. Las palabras del ex gobernador chaqueño son una muestra del cambio de discurso oficial en la puja que lleva 14 días en la provincia de Buenos Aires.
Anteriormente, para desligar a la Casa Rosada del problema que tiene la gestión naranja –abocada a la campaña 2015 del mandatario–, Capitanich planteaba que era un problema netamente de las provincias, pero hoy cambió el objetivo.
“Se debe garantizar aulas abiertas y niños en las aulas. Todo el proceso se debe realizar sin ningún tipo de violencia”, reafirmó el funcionario nacional. Por lo pronto, la gestión provincial convocó para mañana (a las 10) a los gremios en una reunión que provoca expectativas en la resolución del extenso conflicto.