El director del diario de Bahía Blanca La Nueva Provincia, Vicente Massot, declaró durante más de dos horas ante el juez federal subrogante, Álvaro Coleffi, y se retiró esta tarde del Juzgado Federal Nº1 de Bahía Blanca escoltado por la policía, tras escuchar en dos oportunidades el pedido de detención e indagatoria que le formuló la fiscalía durante la audiencia.
Según informa Fiscales, el juez Coleffi dispuso el secreto del sumario para resolver varios pedidos pendientes en la causa, entre ellos el de los fiscales, que en el comienzo y en el final de la audiencia pidieron la detención del empresario y que se le tomara declaración indagatoria. Ante el juez, actuaron por el Ministerio Público Fiscal los integrantes de la unidad bahiense que interviene en casos de terrorismo de Estado, Miguel Ángel Palazzani y José Nebbia, acompañados por el titular de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, Jorge Auat.
“Massot hizo el descargo durante más de dos horas sobre algunos puntos de la imputación. Nosotros solicitamos la indagatoria y vamos a respetar el secreto de sumario”, anticiparon Palazzani y Nebbia a Fiscales. Los fiscales también mencionaron que durante su exposición Massot desvió la responsabilidad por los asesinatos en 1976 de los obreros gráficos del diario, Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola, hacia la organización Montoneros, como así también la responsabilidad por las demás imputaciones hacia su madre, Diana Julio, y su hermano, Federico Massot, muertos.
“Massot hizo el descargo durante más de dos horas sobre algunos puntos de la imputación. Nosotros solicitamos la indagatoria y vamos a respetar el secreto de sumario”, anticipó Nebbia. El fiscal también mencionó que durante su exposición Massot deslizó la posibilidad de que los asesinatos en 1976 de los obreros gráficos del diario, Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola, haya sido responsabilidad de la organización Montoneros.
La fiscalía acusa al empresario de haber instigado, determinado y prestado “aportes indispensables para la concreción material” de los homicidios de los dos trabajadores y de haber encubierto a sus autores inmediatos. También le imputa haber efectuado “aportes esenciales”, que “consistieron en el ocultamiento deliberado de la verdad”, en los secuestros, torturas y homicidios de 35 personas. Todo ello, en el marco de una asociación ilícita con el Ejército y la Armada.
Cuando pidieron la indagatoria de Massot el año pasado, en el caso de los obreros gráficos los fiscales le atribuyeron “la participación directa en el desarrollo de actividad de inteligencia sobre las víctimas (selección del blanco y suministro de la información), y en la toma de decisión (determinación de la especie de destino final, esto es, la ultimación y posterior aparición) y en la emisión de la orden, desde el plano decisional del aparato de poder, a través de las instancias intermedias, hasta los ejecutores directos”.
Loyola y Heinrich fueron secuestrados en sus domicilios el 30 de junio de 1976 y el 1º de julio de ese año, respectivamente. Tres días después, sus cadáveres fueron hallados, acribillados, en el Paraje “Cueva de los Leones”, ubicado en la ruta 33 a la altura del kilómetro 11.