El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) anunciaba el viernes “vientos persistentes del sector este con ráfagas” en el sudeste, centro y norte de la provincia de Buenos Aires. Con velocidades que oscilaron entre los 45 y los 70 kilómetros por hora y precipitaciones, el mal tiempo durante el fin de semana –que se extiende hasta este lunes– provocó inundaciones y evacuados.
La directora provincial de Emergencias bonaerenses, Patricia Spinelli, precisó que además del Río de la Plata, la sudestada sumó a los ríos Luján y Matanza, con las localidades como Quilmes, Bernal, Tigre y San Fernando entre los sitios más afectados.
Ensenada tuvo al menos 300 personas que se autoevacuaron, según informaron fuentes municipales a la agencia de noticias Télam, distrito donde la altura del Río de la Plata superó los 3 metros y provocó anegamientos en calles y viviendas.
Según se informó desde Defensa Civil, varias familias tuvieron que autoevacuarse también a raíz de la crecida en viviendas de la zona de Punta Lara que sufrieron el ingreso de agua en sus hogares, mientras que en Berisso tuvo sus anegaciones.
En tanto, en La Matanza, 1000 personas permanecen evacuadas, igual que otras 70 en Quilmes, que fueron asistidas cuando el mismo Río comenzó a crecer.
Asimismo, en Tigre, el número de evacuados fue de 60 personas y en el municipio Esteban Echeverría se montó un operativo para asistir a inundados con unidades sanitarias móviles, una ambulancia de apoyo, 7 patrulleros, un equipo de luminarias con hidroelevador y 30 trabajadores vecinales.
Luján, uno de los distritos más afectados por la crecida del Río del mismo nombre, continúa con cerca de 250 evacuados y un muerto: Nahuel Reyes, de 14 años, cuyo cuerpo fue encontrado en el canal Jáuregui, a unos 200 metros del lugar donde había caído el jueves pasado. Ese día, a las 14, el río había alcanzado el pico más alto: 5,32 metros y se había expandido hasta alcanzar la Basílica.