Lo que está en juego son cuatro licitaciones para contratar las prestaciones complementarias que requieren las importaciones de GNL que rondan anualmente los US$ 4.000 millones. Abarcan los siguientes servicios: el agenciamiento marítimo para los buques que descargan en la regasificadora de Bahía Blanca, el agenciamiento marítimo y logístico para las cargas que llegan a Escobar, la operación de los remolcadores para el puerto bahiense y las tareas de remolque para las naves que se movilizan a la terminal portuaria de Escobar.
A pocos días de tener que presentar las ofertas, las agencias marítimas y las compañías de remolcadores están en virtual estado de alerta y con todas las miradas puestas en las jugadas que harán las competidoras que buscan quedarse con un negocio global que trepa a casi US$ 50 millones anuales.
Las licitaciones que lleva adelante Enarsa comprenden la contratación de los servicios marítimos y operativos para todo el año 2015, con una opción de prórroga de hasta un año más.
Para la pelea por los servicios de “agenciamiento marítimo” –que involucra todas las tareas inherentes a la registración aduanera, el ingreso y salida de los puertos, las autorizaciones de Prefectura y Migraciones y los permisos técnicos y administrativos–, Enarsa decidió “invitar” a nueve empresas para que presenten ofertas. La lista está conformada por Argocean, Service Manegement, Nabsa, Oceanway, Ultramar, Abadía del Mar, ISA, MYRASA y Meridian.
De todas ellas, la que más experiencia tiene como “agencia marítima” de los barcos metaneros es Meridian. Esta empresa que preside Jorge Samarín se adjudicó el año pasado las licitaciones para prestar el servicio de “agenciamiento” en 2014 tanto para los buques metaneros, como para el barco regasificador que opera en Bahía Blanca. En tanto, en la terminal de Escobar las que tienen actualmente ese servicio son Abadía del Mar en el caso del regasificador e ISA para los barcos de GNL que entregan combustible a ese puerto.
Tras tomar conocimiento del pliego licitatorio que elaboró Enarsa para contratar los servicios de 2015, casi todas las agencias invitadas coincidieron en cuestionar la exigencia oficial de nuevas pólizas de seguro que ninguna aseguradora local está en condiciones de emitir y respaldar.
Junto con la “garantía de mantenimiento de la oferta”, los funcionarios de Enarsa salieron a pedir un “nuevo seguro de responsabilidad civil que cubra la operación de los oferentes como agenciador de terminal marítima por un monto no inferior a los US$ 50 millones”. Y otro seguro adicional de “responsabilidad civil para los Prácticos por un monto no menor a los US$ 2,5 millones”.
Desde las agencias advirtieron que resulta llamativo y sospechoso que se pida un seguro de cobertura como “agenciador de terminal marítima” cuando lo que se busca contratar es el servicio de “agenciamiento de los buques metaneros”.
Desde algunas empresas deslizaron que esta cláusula habría sido incluida para favorecer a la agencia ISA que controlan los empresarios Martin Speroni y Julián Evangelista. Según fuentes del sector, esta agencia ya tendría una cobertura de esas características por operaciones realizadas en instalaciones portuarias de Zárate.
En el caso del seguro adicional para los prácticos, las empresas plantearon que “resulta inviable” porque esa tarea es efectuada por el práctico y no por la agencia. Además, destacaron que esa actividad “tiene regulaciones de la Prefectura Naval y la ley de Navegación que establecen que la responsabilidad náutica es en forma excluyente del Capitán del barco”.
En tanto, por el lado de los servicios de remolque de los barcos metaneros hay cinco compañías invitadas a presentar ofertas: RUA, Antares Naviera, Trans Ona, Abadía del Mar y Maruba. En este terreno, las que aparecen en la mira son Antares Navieras y Abadía del Mar.
Ambas tienen un doble posicionamiento porque operan como agencias marítimas y empresas remolcadoras, algo que a los ojos de las otras compañías de remolque les permite correr con cierta ventaja en la pelea por los servicios licitados por Enarsa.