La previa fue mucho más tensa que la reunión. En un clima cordial el radicalismo resolvió, por ahora, cerrarle las puertas a un acuerdo con Sergio Massa o Mauricio Macri, y apostar a una fórmula presidencial de la UCR. Además, remarcó la necesidad de fortalecer el Frente Amplio Unen (FAUnen), aunque planteó la necesidad de rediscutir la composición de la mesa nacional del espacio, en función de la representación parlamentaria de cada partido. El cónclave, del que participaron unos 70 dirigentes, se celebró en Bahía Punta Chica, partido de San Fernando.
Tras casi ocho horas de deliberación, los principales referentes del radicalismo acordaron la difusión de un documento, compuesto por cinco puntos, que representa el espíritu de la reunión. Según el texto, los referentes se comprometen a “respaldar una fórmula presidencial encabezada por la Unión Cívica Radical”, y ratifican “la construcción del Frente Amplio UNEN, redefiniendo su conducción, sus reglas de funcionamiento e institucionalidad, con el objetivo de su fortalecimiento”.
Además, quedó formalmente abierta la puerta para que los dirigentes provinciales hagan alianzas con otras fuerzas en sus distritos, sin que eso perturbe la estrategia nacional. “Las provincias –ejerciendo una autonomía concertada con el Comité Nacional- podrán realizar los acuerdos necesarios para apoyar a las candidaturas radicales a las gobernaciones, al Congreso de la Nación y a las intendencias”, reza el documento, que también anunció la convocatoria a la Convención Nacional, órgano partidario encargado de definir las alianzas electorales. Ningún dirigente se animó a cuestionar la autonomía de los caciques territoriales para definir sobre su estrategia electoral. “Mientras vayan con los candidatos nacionales de la UCR, en la provincia que hagan lo que quieran”, confirmó un vocero.
El texto del documento fue consensuado por los principales referentes del partido, como Ernesto Sanz, Julio Cobos, Mario Negri y la presidenta de la Convención Nacional, Lilia Puig de Stubrin. De la reunión participaron dirigentes de todo el país, que marcaron las diferentes líneas que existen dentro del radicalismo: aquellos que planteaban la necesidad de ampliar el FAUnen e incluir a Massa y Macri dentro de las primarias, encabezados por Gerardo Morales; los que propiciaban un acercamiento con el PRO, entre los que se contaba Ernesto Sanz; y quienes querían ratificar el rumbo del FAUnen, tal como quedó compuesto en el documento del 22 de abril, como Julio Cobos y Ricardo Alfonsín.
Hasta el momento, todo hace suponer que esta última postura primó por sobre las demás. Sin embargo, uno de los puntos incluidos en el documento deja un lugar para la sospecha de que, en el futuro, pueda abrirse un camino de acuerdos con otras fuerzas externas al FAUnen. “Plantear a todas las fuerzas de oposición que compitan con la Unión Cívica Radical un acuerdo de gobernabilidad que incluya un compromiso programático parlamentario”, dice el cuarto de los objetivos propuestos.
Aunque antes del comienzo del encuentro se especulaba con que el tono de la reunión sería mucho más conflictivo, y hasta algunos hablaron de una posible ruptura del partido, a medida que fueron saliendo del coqueto salón ubicado frente al río Luján, los dirigentes fueron ratificando el rumbo de unidad. “Hay fumata”, “ya sale el humo blanco” y “la casa está en orden”, fueron las frases que usaron para bromear sobre el resultado de las deliberaciones. Tras la reunión, el presidente del partido fue terminante. “La prioridad de las prioridades es la unidad del radicalismo”, dijo Sanz.
Los dirigentes habían empezado a llegar a Punta Chica cerca de las 13. Sanz, que como presidente del partido hizo las veces de anfitrión, los esperaba desde un rato antes. De a poco se fueron sumando Ricardo Gil Lavedra, Negri, Juan Manuel Casella, Mario Barletta, Oscar Aguad, Miguel Bazze, Leandro Despouy, entre otros. En duplas, entraron Alfonsín y Cobos, por un lado, y Ángel Rozas y Gerardo Morales, por el otro. Antes de ingresar, todos ratificaron su postura previa. “Vamos a plantear que se afirme UNEN”, anunció Alfonsín, mientras Cobos consideró “complicado” avanzar hacia un acuerdo con el Frente Renovador o el PRO. Mientras, en el salón comenzaban a servir los primeros platos de goulash con pollo.
Tanto en la puerta del salón como adentro, Morales ratificó la postura que viene sosteniendo públicamente desde hace semanas. En su alocución, el senador planteó la necesidad de ampliar la política de alianzas hacia el PRO y el Frente Renovador, “con el FAUnen como núcleo”. El jujeño también puso en discusión la necesidad de que la UCR “tenga una sola fórmula presidencial”, compuesta por Cobos y Sanz, en el orden que el partido decida. “Demasiado mendocina”, bromearon los correligionarios.
Pero Morales quedó un poco solo en su pedido de apertura, y fue acompañado, entre los dirigentes de peso, solo por el tucumano José Cano. Además de Cobos y Alfonsín, tanto el jefe del bloque de diputados de la UCR, Mario Negri, como el precandidato a gobernador de La Rioja, Julio Martínez, rechazaron la propuesta y ratificaron su decisión de mantener al radicalismo dentro del FAUnen, con las fuerzas que lo conforman en la actualidad. Los discursos de Negri y Martínez, si bien no sorprendieron, marcaron la cancha para lo que siguió. “Fracasó la estrategia ofensiva. Después de que Negri y Martínez no apoyaron a Morales, qué podés decir”, contaba un dirigente que bregaba por la apertura del espacio.
“Ninguno está siendo demasiado rígido en su postura. Se muestran abiertos al diálogo, con la idea de privilegiar la unidad del radicalismo”, contaba un vocero mientras transcurría la reunión. Con Sanz como moderador de la reunión, y como para no cortar la cordialidad alcanzada, Cobos retrocedió en las declaraciones hechas en los últimos días, en las que sostenía que algunos dentro del partido tenían “un proyecto vicepresidencial”, en alusión a Sanz, y planteó la necesidad de que tanto él como el senador salgan “a caminar el país para fortalecer las candidaturas de la UCR”. “Con Ernesto (Sanz) hicimos así la campaña en 2009, recorrimos todo Mendoza, y ganamos por 25 puntos”, dijo Cobos. Y arengó a los dirigentes radicales a que “confíen en los dos candidatos” del partido, en un gesto de amabilidad hacia su contrincante interno.
Otros que participaron de la reunión fueron los díscolos Horacio “Pechi” Quiroga, intendente de Neuquén, y Nito Artaza, que recientemente se fotografiaron con Massa, y el intendente de Córdoba, Ramón Mestre, que coqueteó tanto con el líder del Frente Renovador como con Macri. Sin embargo, dentro de la reunión, Mestre reafirmó su pertenencia radical y aseguró que “siempre” va a apoyar “a un candidato de la UCR”.
Antes de que comenzara el encuentro, voceros del partido habían adelantado que el objetivo de la reunión era consultar a los dirigentes sobre la situación de la UCR en los distintos distritos. Por eso, hablaron alrededor de 40 referentes y la reunión se extendió hasta después de las 21. También había trascendido que no se tomaría ninguna resolución ni se emitiría un documento, y que solo saldría de allí una posible convocatoria a la Convención Nacional.
Sin embargo, el buen clima del cónclave y la tendencia que el presidente del partido comenzó a ver en sus anotaciones, hicieron que se decidiera avanzar en la redacción de los puntos del acuerdo. En la previa, también se había dicho que algunos dirigentes iban a pedirle a Sanz que se tomara licencia como presidente del partido, si quería seguir apostando a su candidatura presidencial. Pese a las amenazas, nadie planteó el tema en la reunión.
Según explicaron voceros de la UCR, la Convención Nacional recién tendría lugar a principios 2015, ya que legalmente deben pasar 60 días desde que se convoca hasta su realización. Allí se terminará de definir la política de alianzas del partido, cuyas bases parecen haber quedado sentadas en la cumbre del lunes. Todo eso, siempre y cuando los referentes del partido no borren con el codo lo que escribieron en San Fernando con la mano.