En medio de cierto estupor en el arco político propio y ajeno, la gobernadora Lucía Corpacci avanza con su proyecto para modificar la Constitución de Catamarca. La primera mandataria provincial anunció la iniciativa hace veinte días y generó entre oficialistas y opositores. Propone adecuar terminar con la reelección indefinida de todos los cargos, extender el período de sesiones legislativas, unificar las dos cámaras y fijar una fecha única de elecciones, entre otras cosas. El proyecto podría ser tratado el año que viene en la Legislatura.
“Con humildad de espíritu pero con firmeza en mis convicciones vengo a propiciar este debate de ideas para procurar alcanzar los consensos mínimos necesarios que hagan posible la celebración de un nuevo contrato social”, anunció Corpacci el jueves 18 de septiembre, en el Cine Teatro Catamarca, sacudiendo a todo el arco político de la provincia. Pocas horas antes, durante el desayuno, se lo había adelantado a los referentes del peronismo. El PJ local se reparte entre el grupo que responde a la Gobernadora, el que se encolumna detrás de Luis Barrionuevo y el ala del intendente de la ciudad, Raúl Jalil, cercano a Sergio Massa. No tuvieron tiempo para oponerse. Por la tarde, Corpacci, también sorprendió a la oposición, que titubea entre el apoyo y el rechazo.
Luego de anunciar la iniciativa, la gobernadora convocó a una Comisión Consultiva y de Participación Ciudadana, formada por ocho miembros, entre los que se cuentan representantes de los consejos profesionales de Ciencias Económicas y Derecho, el Ministerio de Gobierno provincial, la Agencia para el Desarrollo de Catamarca, el Tribunal Oral Federal, la Universidad Nacional de Catamarca, la Junta de Estudios Históricos y un técnico en desarrollo de nuevas tecnologías y energías alternativas.
La Comisión tendrá a su cargo la vinculación con la sociedad civil, hará audiencias públicas, entrevistas con la comunidad, la Iglesia católica y otros credos, los partidos políticos, especialistas en derecho constitucional, el Poder Judicial, y otros sectores. La metodología será similar a la que utilizó el Gobierno nacional con la Ley de Medios, o como lo viene haciendo con el proyecto de reforma del Código Penal. Una vez terminado ese trabajo, para el que cuenta con un plazo de 60 días, elevará un informe a la Gobernadora, que lo evaluará y enviará el proyecto que declara la necesidad de reforma a la Legislatura.
“La gobernadora entiende que, más allá de las cuestiones institucionales, en su paso por la gobernación, tiene que dejar sentadas bases institucionales, mejorar la calidad, proyectar políticas de Estado que se sostengan en el tiempo”, explicó Fidel Sáenz, subsecretario de Asuntos Municipales y uno de los voceros del Gobierno provincial en el tema de la reforma.
Los ejes de la reforma y el escenario político
La Constitución que rige actualmente en Catamarca data del año 1988, cuando fue modificada mientras los Saadi estaban en el poder. El legendario dirigente Vicente Leónidas Saadi introdujo, en aquel momento, la cláusula de la reelección indefinida, que todavía subsiste en las constituciones de Formosa, Santa Cruz y San Luis.
La principal propuesta de Corpacci radica en adaptar la Constitución local a la nacional y limitar los mandatos de Gobernador y vice a dos, es decir, con una sola posibilidad de reelección. Pero la Gobernadora no se limita solo al Ejecutivo provincial, sino que propone ampliar esa restricción a todos los cargos electivos: concejales, legisladores e intendentes. La propuesta golpea en el corazón de la clase política, aunque Corpacci se reivindique como fruto de la misma.
La otra iniciativa medular tiene por objetivo unificar las cámaras legislativas. Actualmente hay en la Legislatura 16 senadores (uno por cada departamento), 41 diputados y unos 3 mil empleados legislativos. Sancionan alrededor de 50 leyes por año. La idea de Corpacci es pasar a tener una Legislatura unicameral, que respete la representación territorial (incluyendo las tres regiones, este, centro y oeste), con un legislador por cada departamento, y otros 25 que represente al pueblo. “La reforma no se plantea desde un punto de vista economicista, plantea mejorar los niveles de representación, porque hoy en día un 80 por ciento de los legisladores son de la capital provincial. No están representadas las regiones”, explica Saenz.
En cuanto a lo legislativo, la reforma también plantea la necesidad de extender los períodos de sesiones, desde el 15 de febrero al 15 de diciembre (actualmente comienzan el 1 de mayo y terminan el 30 de noviembre). Además, pretende que se fije una fecha única para las elecciones ejecutivas provinciales, ya que la Constitución vigente prevé que “se realizarán día domingo del mes de marzo, y sí hubiera elecciones nacionales, se realizarán simultáneamente”. Corpacci pretende que el nuevo texto se defina por una de las dos opciones. También propone darle rango constitucional al Consejo de la Magistratura y el Defensor del Pueblo, limitar las inmunidades parlamentarias, establecer que el Ministerio Público funcione en forma independiente de la Corte Suprema, y garantizar que la carrera administrativa de los empleados públicos se extienda hasta el cargo de director, entre otros temas.
Ante ese escenario, con un listado de posibles reformas que parecen enfocadas en recortar el poder de la corporación política, los dirigentes propios y opositores evalúan que no es conveniente rechazar de plano la iniciativa. “Lo vemos muy flaco al tema de la reforma, por no darle otro calificativo. Lo veo al Gobierno muy solo en esto; no hay consenso”, atinó a decir el senador nacional Oscar Castillo, ex gobernador. El Partido Socialista de Catamarca, por su parte, expresó su acuerdo con la iniciativa, mientras que Proyecto Sur, a través de Pino Solanas, consideró que “toda reforma constitucional es peligrosa”, aunque no profundizó en el tema. Otros dirigentes hablan de situación “inoportuna” –por la cercanía de las próximas elecciones– aunque entienden que no sería políticamente correcto ante la ciudadanía oponerse a una reforma basada en estos lineamientos. “Cada dos años hay elecciones. Con ese criterio, la situación ideal no existe. Esto se hace ahora porque la única que puede hacerlo es la gobernadora. No hay ningún otro sector que tenga esta iniciativa política”, dice Sáenz.
El oficialismo apuesta a que las consignas planteadas ganarán por sí solas la simpatía popular y que será la misma ciudadanía la que empujará a la oposición a aprobar, junto al oficialismo, la ley que declare la necesidad de reforma (para lo cual la Constitución requiere dos tercios de la totalidad de los miembros). Algo que recién sucederá, de acuerdo con los tiempos establecidos, el año próximo. La probable victoria de la discusión será capitalizada políticamente por Corpacci, que pretende ser reelecta el año que viene.