“No hay ningún elemento que indique que el maquinista tuvo la intención de producir el accidente”, dijo Basso en conversación con La Red, aunque sí pruebas suficientes para concluir que el maquinista “tuvo una conducta imprudente o negligente”, lo que en derecho penal se entiende como culpa.
El motorman no cumplió con los reglamentos que lo obligaban a atender ciertas señales que funcionaron correctamente el día del choque. “Debía moderar la marcha, activar los frenos y detenerse y eso nunca pasó”, detalló.
“Es una suposición muy amplia pensar que el maquinista se preparó ese día para después de salir de Morón no accionar los frenos, sabiendo que había otro tren adelante, y chocar a propósito. Una teoría de ese estilo no se comprobó. Tampoco creo que alguien haya sacado un tornillo de las vías o algo así”, sintetizó.
El fiscal del caso explicó que la pericia principal del expediente incluyó a representantes de todas las partes y concluyó de manera categórica que los cuatros sistemas independientes de frenos funcionaban “perfectamente”. “Además ese día habían pasado los demás trenes sin inconvenientes por el mismo lugar y no había inconvenientes en las vías”, indicó Basso.
Los técnicos comprobaron también que el tren Chapa 01, que el 13 de junio pasado provocó el accidente, había sido puesto en circulación recientemente.