“La solución tiene que ver con un régimen penal juvenil pero no con un castigo similar al adulto, porque la etapa evolutiva del menor no llegó al nivel de comprender la criminalidad”, dijo Rosanski.
En este sentido, opinó que “bajar la edad de imputabilidad nunca fue solución para nada, porque hay razones profundas por las cuales hay una edad mínima para que una persona sea imputable penalmente”. “Lo que no quiere decir que no haya personas de 14 años que sean peligrosas; pero una cosa es la peligrosidad de este joven y otra que haya que meterlo preso”, aclaró en declaraciones a radio La Plata.
“No pasa por bajar la edad, no es esa la solución, la solución es entender las necesidades del joven y el compromiso es sacarlo de ese ambiente que lo lleva a delinquir”, expresó.
En esta línea propuso que “la salida tiene que ver con enfrentar el problema desde todas sus aristas, no solamente desde la contención, porque la cárcel evidentemente es una solución porque uno lo piensa para que no dañe a tercero, pero si por el otro lado aceptamos que a esa edad sea peligroso, la víctima no tiene la culpa que el sistema no logre contener a ese chico”.
En relación a los distintos regímenes aplicables a adultos y menores, explicó que “hay que reconocer esa diferencia que nos permite comenzar a estudiar un régimen penal juvenil, que no lo deje libre por la calle matando gente, pero que no lo encierre en un sistema donde no lo va a mejorar bajo ninguna forma”.
“Si un chico de cuatro años está en la calle y no tiene familia que se haga responsable, a ese chico se lo va a institucionalizar, lo que no quiere decir que haya cometido un delito o que institucionalizar sea malo”, opinó Rozanski.