Así, el diputado Colorado no gana para disgustos. En uno de los distritos en donde podía marcar presencia -y además el más populoso de la Provincia-, De Narváez se quedó sin candidato de peso.
La renuncia se basa en 2 puntos claves. El primero es la presión que sufrió el Sheriff para salir a dar su apoyo al colorado y explicitar que no tiene ningún tipo de vínculo con el PRO ni con Mauricio Macri. Castrilli se negó.
El pasado jueves, el hoy ex candidato dijo que “el Colorado siempre supo que yo tenía un buen vínculo con Mauricio, no voy a tirar mi credibilidad por la borda”. Eso fue lo que el ex árbitro de fácil tarjeta roja les dijo a sus más cercanos.
Pero Castrilli también se vio inmerso en la interna del moyanismo. Un hombre cercano al camionero y que iba séptimo como candidato a diputado nacional, Silvio Klein, también bajó su candidatura.
Dentro del moyanismo hay una corriente que fustiga contra Sergio Massa. En ella se encuentra por ejemplo el diputado provincial Jorge Mancini, quien se encarga sistemáticamente de marcar las falencias de la gestión de Tigre. Del otro lado, siempre referenciados en Moyano, aparece Klein y más arriba todavía, Facundo Moyano. Castrilli no quiso formar parte de esta puja y pegó el portazo.
Cuando el moyanismo abandonó algunas mesas de fiscalización en el medio de las PASO, ante el endeble acuerdo entre el Colorado y el Camionero, esto también repercutió en Castrilli. En algunas mesas el ex árbitro sacó cero votos.
Este lunes, en conferencia de prensa, Klein dijo que “Francisco De Narváez le pedía definiciones a Hugo Moyano, yo creo que el que tiene que definirse es él. Que le diga al electorado con quién está. Si está realmente con el Gobierno Nacional o con un proyecto opositor a este”, insinuando así un pacto entre el ex candidato a gobernador y el oficialismo.