Arroyo fue el segundo de Alicia Kirchner en la cartera social durante muchos años, luego fue ministro de Daniel Scioli (también de Desarrollo Social) pero hoy se para en la vereda de enfrente.
En realidad, su periplo comenzó en 2011, con el apoyo del sindicato del Suther que dirige Victor Santa María lanzó una campaña publicitaria callejera, que incluía afiches y pintadas que lo mostraban como candidato a intendente de Vicente López, como parte del armado político que por entonces apostaba a la candidatura a gobernador de Martín Sabbatella.
Así, Arroyo rompió con el sciolismo. Dos años después, en mayo de este año, fue presentado como un nuevo aliado en Vicente López de Francisco De Narváez. Pero el enamoramiento con el Colorado duró poco. Un par de meses.
A finales de julio, dejó el espacio de De Narváez para sumarse a las filas del Frente Renovador de Sergio Massa. Así, lejos de las épocas en que integraba y bancaba el modelo nacional y popular, hoy denuncia que “el país tiene 22% de pobreza, 35% de informalidad laboral y 900 mil jóvenes que no estudian ni trabajan”. La pragmasis política de Arroyo sigue en evolución.