Opción que incluye de modo inexcusable trabajar para que Martín Insaurralde se convierta en la única alternativa para sucederlo en la provincia de Buenos Aires y garantizarle al oficialismo un tránsito seguro en la retirada de la periferia al centro del poder: traducción fiel del aguante de los trapos reclamado por Juliana Di Tullio, segunda candidata detrás del intendente de Lomas de Zamora.
El éxito de esa ingeniera, abrazada de urgencia por la Casa Rosada después que Sergio Massa confirmarse que sería candidato por el Frente Renovador, implica que la lista del Frente para la Victoria perfore el techo de los 30 puntos de intención de voto y genere un estado de incertidumbre acerca de la proyección del resultado del 11 de agosto en las PASO, de modo de que el alto nivel de indecisos no se incline por Massa si es que lo percibe de forma anticipada como ganador.
Desde el gobierno nacional se da casi por alcanzado ese objetivo y es evidente la contenida euforia que comienza a desbordarse en las últimas expresiones de la presidente Cristina Fernández y de Insaurralde, reclamándole a la Corte Suprema definiciones por los artículos suspendidos de la Ley de Medios y al Poder Judicial mayor transparencia.
Según las estadísticas que se maneja en ese sector, la diferencia entre Massa e Insaurralde es equivalente al margen de error que suelen contemplar esos estudios. En especial uno, encargado de modo personal por Máximo Kirchner a una consultora del microcentro que efectúa un seguimiento telefónico sobre 50 mil casos desperdigados en la Primera y Tercera Sección Electoral: al 25 de julio, se impondría en esa región Massa con el 32 por ciento de los votos e Insaurralde obtendría 28 puntos.
Esta información de acceso restringido a muy pocos funcionarios y postulantes, es la que llevó a Scioli la noche de ese día a vaticinar en Lomas de Zamora que el intendente perforaría el que sería su techo electoral de momento. Lo hizo en el Parque Municipal, donde a instancias del PJ local se reunieron para escucharlo 78 intendentes que responden al Frente para la Victoria.
Ante ellos dejó una frase que ninguno de los presentes se atrevió a replicar, en fuerte contraste con las filípicas que solían dedicarle ante cualquier micrófono no hace mucho tiempo. El gobernador les pidió redoblar su esfuerzo militante para las PASO porque, advirtió, “las elecciones legislativas de los últimos mandatos suelen ser muy difíciles.”
Lo escucharon sin chistar, entre otros, Enrique Slezak y Daniel Di Sabatino: los intendentes de Berisso y de San Vicente representaron hasta este verano el sector duro de la Segunda, Tercera y Cuarta Sección Electoral más duro en el cuestionamiento de la distribución de fondos efectuada por la administración provincial: la excusa para limar a Scioli y trabajar para la reelección de Cristina.