Según publicó el diario La Nación, el 11 de agosto habría una tendencia electoral hacia las 23 horas aunque en territorio bonaerense los resultados finales podrían hacerse esperar por ser los últimos en ser procesados. Unos 200 operarios estarán destinados a ingresar los datos.
La empresa advirtió que puede haber demoras en el procesamiento de los telegramas de las provincias de Buenos Aires y San Luis, “por la cantidad de categorías” que incluye cada boleta.
Una vez cerrados los comicios en la mesa, se elabora un acta de escrutinio, con los votos por lista, que va a la justicia electoral para el escrutinio definitivo y un telegrama, con los votos por lista, que va al Correo.
Los telegramas llegan a los centros de procesamiento de Indra, con dos equipos de tipeadores que ingresarán los datos en las computadoras. Cada telegrama ingresado por un tipeador del equipo A pasa a uno grupo B, que lo volverá a ingresar. Si hay coincidencia entre ambos telegramas, los datos se validan y automáticamente se computan. Si no hay coincidencia, el telegrama es analizado por un tercer equipo que revisa dónde está la inconsistencia.
Los datos que ingresan se acumulan hasta las 21, cuando el Gobierno permite su difusión. Una vez que se abre el flujo de información, la carga y distribución son automáticas y no cesan.
El procesamiento de votos en las internas de agosto y las legislativas de octubre, tendrá un costo total de 168 millones de pesos y unas 1500 personas fueron contratadas para realizar la tarea que se efectúa entre el cierre de la votación y el recuento del último voto en el escrutinio provisorio que realiza Indra. El definitivo está a cargo de la justicia electoral.
El proceso costará al Gobierno nacional 168.490.000 pesos, y tiene como novedad dos escuelas testigo, todavía a designar, en las que las autoridades de mesa podrán cargar los datos en notebooks y desde allí enviarlos al centro de cómputos que se instalará en la sede que el Correo Argentino tiene en el barrio porteño de Barracas.
Desde Indra garantizaron la transparencia del proceso en su etapa final y explicaron que todo puede ser verificado y controlado. Además, sostuvieron que en una votación manual las posibilidades de fraude son mínimas en un gran distrito, aunque en distritos pequeños o municipios es diferente.
Indra trabaja en la Argentina desde 1997 y estuvo en elecciones en España, Reino Unido, Noruega, Francia, Chile, Colombia y El Salvador, entre otros.