Luego del retweet a su hermano Gabriel por la Fiesta del chocolate en Plaza Moreno de semana santa, Bruera tuiteó “Desde ayer a la noche recorriendo los centros de evacuados”, junto a una foto trucha de él con un bidón de agua, cuando en realidad aún se encontraba de vacaciones en Río de Janeiro. Eso fue un día después de la histórica tormenta que se llevó la vida de más de cincuenta platenses.
Cuando se conoció que ese mensaje en la red social de los 140 caracteres fue mentira, inmediatamente se originó una polémica que enfrentó de manera automática a toda la opinión pública con el intendente, más allá de su explicación por radio, en donde le echó la culpa a su “equipo de comunicación”. “Por supuesto que tomaré las medidas necesarias para que se respete la veracidad de la información y el espíritu colaborativo de las redes”, tuiteó a menos de 24 horas del papelón.
A partir de ese momento, los ciudadanos pasaron a hacerle prácticamente una marca personal a los mensajes que el jefe comunal fue escribiendo hora tras hora, respondiéndolos uno a uno, sin ningún estupor, con mucha bronca por la situación y mostrándole al mundo una catarata de recriminaciones, expresadas de todas las maneras posibles.
Es que el tono de los mensajes de Pablo Bruera viró notoriamente después de lo que pasó en la ciudad, pero fundamentalmente luego del episodio de su tuit mentiroso. Eso fue un antes y un después que quedó evidenciado en la red, ya que a partir de aquel “error”, el intendente no disimula en absoluto su intención de limpiar su imagen, por ejemplo, de esta manera: “Les agradezco a TODOS ustedes. Hasta los q están enojados. Los entiendo. Mi respuesta es no frenar ni un rato hasta que La Plata esté de pie”, o “Cae la noche y las fuerzas de cada uno de los voluntarios y trabajadores menguan. Sin embargo no nos podemos dar ese lujo. Hay que seguir”.
Así, desde el día después de la tragedia, la cuenta personal de Twitter de Bruera es blanco de todo el descargo de los vecinos de la ciudad, que sin ningún tipo de filtro expresan su enojo y descontento con el accionar del Municipio: “Si quiere demostrar que quiere a la gente de La Plata RENUNCIE!!! Ellos no merecían sus MENTIRAS”; “Usted le debe una explicación a La Plata. ¿Cuándo empiezan las obras urgentes para evitar tragedias similares? EXPLIQUE”; y “lo que se repite en cada parada es la gente insultándote por faltarle es respeto” son solo algunas de las respuestas que el intendente recibe cada vez que tuitea.
Su hermano, el diputado provincial Gabriel volvió a las redes sociales varios días después del temporal, y los vecinos también expresan su descontento en sus comentarios, algo que también les ocurre al jefe de gabinete de la Municipalidad Santiago Martorelli y al presidente del Concejo Deliberante Javier Pacharotti.
Llamativamente, otra de las caras de la gestión, la concejal Valeria Amendolara –que acompaña al intendente a todos los actos públicos- cerró su cuenta personal de Twitter a las pocas horas de desatada la tragedia, tal vez porque previó que los vecinos podrían llegar a reclamarle lo mismo que al intendente, como “De verdad creés @PabloBruera, que haciéndote el preocupado vas a poder tapar esto?”; o “No lo cuentes como un héroe, ¡es tu obligación!”.