La Batalla de Salta fue un enfrentamiento armado librado el 20 de febrero de 1813 en Campo Castañares, hoy zona norte de la Ciudad de Salta, en el curso de la Guerra de Independencia de la Argentina.
El Ejército del Norte, al mando del general Manuel Belgrano y de Eustaquio Díaz Vélez como mayor general o segundo jefe, derrotó por segunda vez a las tropas realistas del brigadier Juan Pío Tristán, a las que había batido ya en septiembre anterior en la Batalla de Tucumán.
En este sentido la rendición incondicional de los realistas garantizó el control del gobierno rioplatense sobre buena parte de los territorios del antiguo Virreinato del Río de la Plata, aseguró la región y permitió a los patriotas recuperar, provisoriamente, el control del Alto Perú.
Además esta fecha se convirtió en un verdadero hito ya que por primera vez flameó la enseña patria en una acción de guerra y resultó una nueva e importante victoria para los revolucionarios. Como consecuencia de este triunfo los ejércitos realistas fueron detenidos en su avance hacia el sur y estas tierras nunca más pudieron ser recuperadas para el extinto Virreinato.
Belgrano nombró a Díaz Vélez gobernador militar de la provincia de Salta y éste colocó la bandera argentina por primera vez en el balcón del Cabildo y los trofeos apoderados de los realistas los ubicó en la Sala Capitular. Los triunfos de Tucumán y Salta permitieron la recuperación del Alto Perú por los rioplatenses.
Díaz Vélez, como jefe de la avanzada del ejército vencedor en la segunda campaña al Alto Perú, entró triunfante en la ciudad de Potosí, el 7 de mayo de 1813.