Scioli está confiado de cara al 27, diciendo que “tengo la percepción desde hace ya unos días de que pudimos llegar en más profundidad con nuestro mensaje” y eso hizo que la gente lo conozca más a Insaurralde, cosa que era una de las principales preocupaciones cuando se largó como candidato.
“Para hacer una tortilla tenés que romper huevos”, justificó la soberbia del gobierno nacional, por momentos, a la hora de manejarse. Así, el ex motonauta se diferenció de esas actitudes, explicando que en la provincia de Buenos Aires existe un mensaje “amigable”.
Scioli se mostró feliz porque “se generó un sinceramiento en el escenario, había confusión. En un porcentaje de la población no estaba claro dónde estaba el voto oficialista, el que quería apoyar a la Presidenta y a mí” y esto se debe, a su criterio, a la postura explícita de Cristina por ejemplo en el último reportaje con Jorge Rial, cuando dijo que ella nunca dejó de confiar en él y que Massa es opositor.
Al momento de imaginar un resultado el 27, a lo largo de la charla dio a entender que Massa tiene dos amenazas: que el voto oficialista se vaya al Frente para la Victoria y el voto no peronista migre hacia Stolbizer.
Concretamente hablando de las propuestas del candidato que apoya -siempre comparándolo con el líder del Frente Renovador-, dijo que “el proyecto más contundente y más profundo en cuanto a la problemática de la inseguridad lo está elaborando Martín, que lo termina de consensuar con toda responsabilidad y lo estará presentando en los próximos días, que es la problemática de las armas”. Al respecto de Massa, volvió a repetir que su política es distinta porque “no se puede comparar municipio con provincia”.
“No voy a hacer comentarios ni de Sergio ni de cualquier otro dirigente, y menos personales. Yo soy el gobernador, él está en campaña, como otros candidatos, como están De Narváez, Pitrola, Momo Venegas, Margarita, Martín… Y yo, como hago en todas las elecciones, ¿a quién apoyo? A los candidatos peronistas que expresan la defensa de lo que yo estoy llevando adelante”, respondió ante la insistencia de las preguntas referidas a quien triunfara en agosto, aunque claro, él solo ya había opinado.
Contó que se entristeció cuando se enteró que Cristina debía ser operada y detalló que esta actividad es exigente al extremo. “Yo corría en lancha a 250 kilómetros por hora, he tenido distintos tipos de alternativas en mi vida personal, empresarial, política, pero como es este laburo, le digo…”, reveló.
“Toda persona que va a tener una exigencia así evidentemente tiene que estar muy atenta, porque el cuerpo habla. El corazón, y el otro corazón, que es el estómago, donde se ponen los nervios, las angustias. Uno tiene que enfrentar a un familiar que perdió un ser querido, y tiene que… Me acuerdo cuando estaba el conflicto docente, y yo pensaba que había cuatro millones de chicos que no podían ir a clase y me volvía loco. La ansiedad que me agarra de no poder responder o solucionar situaciones de salud que se pueden generar. Mi forma es estar encima de todo. Eso me genera una exigencia mayor, todavía, como la que le genera a Cristina el hecho de estar muy encima de todo”, explicó.
“Yo le preguntaba a Néstor qué necesitaba que hiciera, él me daba instrucciones y yo me adaptaba a lo que era su voluntad. En los períodos de Néstor debo haber estado casi cuatro meses a cargo de la presidencia. El se iba tranquilo, y yo cualquier cosa hablaba con los jefes de Gabinete, con los ministros, lo llamaba a él, es así. Es el rol”, comentó cuando se le preguntó por el cargo que hoy ocupa transitoriamente Amado Boudou, mientras Cristina reposa.
Por último, esquivó todo tipo de especulaciones de acá a dos años, aunque cuesta dejar de lado el revuelo que generó durante todo el año pasado desde que exteriorizó sus ganas de ser candidato a Presidente. Fiel a su estilo, cerró: “el 30 de octubre sigo gobernando porque ésa es mi responsabilidad. Y en 2015 será 2015. Ahora es el 30 octubre de 2013. Y después vendrá 2014.”