“La provincia de Buenos Aires no tiene una salida autónoma. No puede salir de esto con instrumentos propios”, comentaron a LetraP diferentes analistas económicos. “No puede generar la plata que necesita, y por eso la única vía es el acuerdo con Nación. Y este acuerdo se logra de dos maneras posibles: subordinándose al gobierno nacional y haciendo lo que quiere; o teniendo la fortaleza política, como ha sucedido otras veces en otras crisis –no con este gobierno-, en donde el gobernador se planta ante Nación y negocia ciertas cosas, pero con verdadera presión política y haciendo valer su peso como mandatario provincial”, agregaron.
Y en este sentido, lo que automáticamente se desprende de aquellas dos hipótesis es preguntarse cuánto piden desde la Rosada por lo primero; y en cuanto a lo segundo, guiándose por el estilo del mandatario provincial, habría que descartarlo.
No se pueden dejar de lado las declaraciones de Scioli en las que manifestó sus intenciones presidenciales de cara al 2015, ya que indudablemente pueden haber sido uno de los motivos de este cortocircuito con el gobierno nacional, que por más que aún quiera negarse, ya es inevitable ocultarlo. “Quizá se lo bancaban con buena imagen y lo seguían apuntalando o ayudando o dejando que use otros instrumentos para pagar porque –a pesar de la buena imagen- no manifestaba su intención; ahora, cuando dijo que quería ser presidente, ahí fue distinto, las dos cosas no: ¿vos manifestás tus intenciones explícitas y nosotros encima te ayudamos?”, analizaron fuentes políticas consultadas por este portal.
Esa situación aceleró una distancia política que en realidad estaba clara; basta con recordar cómo fue el armado de las listas en las últimas elecciones, en donde Cristina decidió que el vicegobernador fuese Gabriel Mariotto. Naturalmente estaba claro que había una voluntad de –cuanto menos- limitar la acción política del gobernador.
“Claramente se ve que lo peor de la crisis aún no pasó”, definió un economista, y agregó que “lo que está pasando es una suerte de bola de nieve, porque la provincia tiene un déficit creciente y por lo tanto tiene necesidades de financiamiento que se van acumulando mes a mes. Para los sueldos de julio más agosto, la provincia necesita muchísima plata. Necesita que le den mucho más que lo que le dieron para el medio aguinaldo, con lo cual es un problema muy serio”.
Pasado y futuro
Entonces, las causas de la grave situación económica por la que atraviesa la provincia de Buenos Aires parecen ser estructurales. Uno puede preguntarse por qué ahora lo dicen o por qué ahora explota, pero siguiendo la línea de los argumentos de especialistas en la materia, y tomando como comparación años anteriores, la raíz profunda es el debilitamiento del sistema federal y en particular la situación discriminatoria que Buenos Aires tiene dentro de ese sistema, que día a día se está deteriorando, pero no de ahora sino de los últimos 20 años.
“El problema viene de hace tiempo y se iba disimulando con atajos, instrumentos a corto plazo, parches. Ahora se manifiesta en su máxima expresión, pero no es que el problema fue el medio aguinaldo. Y además no los tomó por sorpresa; por más malos previsores que fueran, sabían que esto se les venía, y por ende tuvieron un error de análisis político: ellos estuvieron siempre convencidos que la Nación los iba a terminar sosteniendo”, sentenció un economista.
“Claramente la provincia es la más desfavorecida”, aseguró el especialista consultado, y con marcado pesimismo, manifestó poseer “una visión muy dura de este panorama. No quiero decir catastrófica, pero tengo un pronóstico muy duro. Creo que tampoco hay una verdadera dimensión de lo que significa que la provincia entre en este tipo de crisis, porque se puede venir el corte en los servicios de IOMA, el corte y debilitamiento en los servicios de los comedores escolares -que de hecho está sucediendo-, el peligro de las clases que no inician en los colegios, los problemas en los hospitales, y de esta forma se entra en un espiral muy complejo. Y lamentablemente no veo que estén dadas las condiciones políticas para que la Nación esté dispuesta a asistirlo a Scioli en la totalidad de sus necesidades, y no veo en el gobierno provincial una estrategia clara para resolver esto. El problema no es que ya pasó lo peor, sino que viene. Veo un panorama muy complicado”.
Así las cosas, por estos días hay algunos sectores dentro del gobierno que sacan hasta de donde no tienen un optimismo irracional, diciendo que “bueno, de algún lado saldrá la plata”; pero al mismo tiempo, desde otro sector más realista, y con cierto tono de resignación retrucan diciendo que “no, nada de algún lado. El único lado es el gobierno nacional”.
Esa ayuda nacional evidentemente está muy condicionada y no pareciera que de parte de la provincia haya una estrategia de presión política en donde el gobernador se plante y exponga la bandera de la autonomía. Es el precio que tiene que pagar y el momento exacto para dar ese paso.