Tagliaferro fue el remisero que llevó a Marisol Pereyra al departamento del barrio La Loma la noche del 26 de noviembre del año pasado, en donde minutos después se desencadenaría la masacre que acabaría con la vida de ella y 3 mujeres más (Bárbara Santos, Susana de Bártolle y Micaela Galle Santos).
Gracias a sus declaraciones y a su presencia en la prueba de reconocimiento, se había detenido a quien fuera el único sospechoso de los asesinatos: Osvaldo Martínez. Pero hoy la causa no tiene detenidos, y la línea investigativa ahora vuelve hacia el remis de Tagliaferro. Él también había dicho que fue el último en ver con vida a Marisol.
De esta manera, el 29 de marzo a las 20 horas el remisero deberá presentarse junto a su Chevrolet Corsa para que el vehículo sea sometido a la prueba de “luminol”, que consiste en percibir la presencia de ciertos componentes de sangre, imperceptibles de otra manera.