Tras los violentos incidentes entre los hinchas de Al Ahli y Al Masri, el Ministerio de Sanidad de Egipto comunicó que son 71 los muertos en la batalla campal, y no 74 como habían informado inicialmente.
“Egipto se tiñe de luto después de la masacre del estadio de Port Said. La Federación egipcia del Fútbol decide suspender la Liga”, titula el diario estatal “Al Ahram”, el de mayor tirada del país.
Las autoridades explicaron en un comunicado que tres de los cuerpos contabilizados en un primer momento ya habían sido registrados previamente, por eso modificaron la cifra. Mientras tanto, todavía permanecen heridas otras 318 personas, según anunciaron las autoridades del país.
La masacre, ocurrida en el norte de Egipto, se desató cuando los hinchas del equipo local –Al-Masry– irrumpieron en el campo de juego tras una victoria 3-1 sobre Al-Ahli, desatando la violencia. Cientos de hinchas invadieron el césped y allí se desató la batalla campal. Las muertes fueron provocadas por asfixia y por fracturas graves, según informaron fuentes médicas.
Por otra parte, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), ente que gobierna el país desde la renuncia de Hosni Mubarak el 11 de febrero de 2011, decretó tres días de duelo oficial y deploró los incidentes ocurridos anoche en el estadio de Port Said.
Hay cruces entre los políticos del país. Los hermanos Musulmanes, el movimiento que acaba de ganar las elecciones en Egipto, acusaron al régimen militar y a los partidos de Mubarak, el ex presidente, de estar atrás de estos incidentes.
Para evitar una mayor escalada de violencia, tras los disturbios del estadio, el ejército ocupó las calles para buscar restablecer el orden.