Ocurrió a primera hora de la mañana del viernes, después del inicio de las clases en la escuela Sandy Hook, de la localidad de Newtown en el estado de Connecticut, noreste de Estados Unidos.
La policía de Connecticut confirmó en conferencia de prensa que en la escuela murieron 18 niños, el presunto autor del tiroteo y seis adultos, entre ellas la madre del atacante, una docente del establecimiento, así como el director del colegio y un psicólogo.
Otros dos chicos fallecieron en un hospital al que fueron trasladados, mientras que otro adulto fue encontrado muerto fuera del área de la escuela, aunque se cree que puede estar relacionado con el presunto autor de la matanza.
De acuerdo con versiones de los principales medios periodísticos estadounidenses, el presunto autor del tiroteo entró en el colegio vestido con ropa negra y llevaba una máscara, un chaleco antibalas y tres armas, entre ellas un rifle.
En un primer momento se lo identificó como Ryan Lanza, de 24 años e hijo de una profesora del colegio, pero las últimas investigaciones apuntan a su hermano, Adam, de 20 años, aunque hasta el momento no hay ninguna versión oficial sobre la identidad del sospechoso.
Además, la policía tiene en custodia a una persona por su supuesta relación con el tiroteo.
La noticia del tiroteo conmocionó a todo Estados Unidos, pese a que no es la primera vez que vive una masacre de este tipo.
Por su parte, Barack Obama dijo que sentía la tragedia tanto como presidente como en su calidad de padre de dos menores y que, como el resto del país, tiene el “corazón roto” por la matanza.
Previamente, había ordenado que las banderas ondeen a media asta en los edificios públicos y militares de todo el país hasta el martes próximo en señal de “respeto” del nuevo “acto de violencia sin sentido” que vive el país.
“Como país hemos pasado por esto demasiadas veces”, dijo Obama en una corta pero sentida alocución en la Casa Blanca, en la que tuvo que hacer varias pausas y secarse las lágrimas.
El mandatario recordó que en los pasados meses se produjeron varios tiroteos fatales, entre ellos uno en un cine de Aurora, Colorado, en el que murieron 12 personas en julio, o en un templo Sikh en Wisconsin unas semanas más tarde, que dejó siete víctimas mortales.
“Tenemos que unirnos y realizar una acción significativa para evitar nuevas tragedias, independientemente de la política”, agregó, sin llegar a especificar si se refería específicamente a algún tipo de control de armas o a otra medida.
Durante el primer mandato de Obama, reelecto en noviembre pasado, no se aprobó ninguna medida ni ley para limitar la posesión de armas, ni siquiera la prohibición de tener armas de asalto, a pesar de que el demócrata prometió hacerlo en la campaña electoral de 2008.
En 1999, Estado Unidos sufrió la masacre de la escuela de secundaria de Columbine, en Colorado, donde dos estudiantes asesinaron a 12 compañeros y a un profesor antes de suicidarse.
Ocho años más tarde, otro estudiante, esta vez universitario, asesinó a 32 personas antes de quitarse también la vida en el campus de la universidad politécnica de Virginia, un hecho que es considerado hasta la fecha la peor masacre de este tipo en Estados Unidos.