La futura ley tiene por objeto el fomento de la actividad musical, en general, y la nacional, en particular. Entre otras cosas, se busca proteger la música en vivo, impulsar la producción fonográfica y de videogramas nacionales, propiciar entre los artistas el conocimiento de los derechos que tienen como tales, y a su vez contribuir a su formación y perfeccionamiento.
Además, el proyecto plantea la conformación de centros de producción musical bajo las modalidades de música en vivo, difusión y música grabada. Para sostener el instituto, se impone la creación de un Fondo de Financiamiento, con recursos estatales y privados.
El miembro informante del oficialismo fue el senador kirchnerista Daniel Filmus, quien señaló que la música “es una de las expresiones donde los pueblos más se reconocen e identifican”, y destacó que “en las áreas donde lo único que hace el mercado es reproducir las desigualdades, nosotros creemos que es el Estado, a través de instrumentos como el de hoy, el que pueda generar igualdad de condiciones”.
Otro de los que hizo uso de la palabra fue el representante de Proyecto Buenos Aires Federal (PRoBAFe) en la Cámara alta, Samuel Cabanchik, quien dijo que el texto “va a ayudar” a la música a defenderse “de un mercado que es salvaje”.
Por su parte, el senador socialista Rubén Giustiniani aseguró que la ley en cuestión “llega a este Congreso con un verdadero trabajo colectivo, como una ley de participación popular”.
Luego, el jefe de la bancada del peronismo disidente, Adolfo Rodríguez Saá, resaltó la unidad en cuanto al aval del texto y la necesidad de “defender la cultura, la música popular y las industrias culturales”.
El cierre estuvo a cargo del senador oficialista Aníbal Fernández, quien expresó su “enorme satisfacción” en reconocer “que había una parte de la sociedad generadora de arte a la que no se le reconocía un derecho intrínseco”.
Fuente: Parlamentario.com