“Claro que me gustaría acompañar a Martín Llaryora como vicegobernadora”. Con esas palabras, Natalia De la Sota transparentó sus deseos de completar la fórmula con la que oficialismo cordobés buscará continuar el legado que durante casi un cuarto de siglo comandaron José Manuel De la Sota y Juan Schiaretti. “Me siento preparada y me gustaría” contestó la diputada nacional ante la consulta surgida en una entrevista realizada en la Fm Sport de Villa María.
“Más allá de los lugares puntuales, debemos pensar cómo hacemos como fuerza política para continuar con esta transformación de Córdoba”, dijo De la Sota que aseguró que la generación de la que forma parte y que tiene a su cargo protagonizar la renovación en el peronismo cordobés debe trabajar para “ser continuadores de ese proceso, pensando en políticas públicas aggiornadas a estos tiempos, sin perder nuestra esencia que es estar cerca de la gente, gestionando con sentido federal, con todos los intendentes en toda la provincia, en eso quiero trabajar”.
Las declaraciones de De la Sota llegan en la misma semana en la que el intendente que quiere ser gobernador bendijo a Daniel Passerini como candidato a sucederlo en la capital provincial y horas después del acto con la que los tres compartieron el acto que dio inicio formal al ciclo lectivo en la Ciudad. “Aquellos que conocemos a Natalia sabemos que es una persona que tiene un gran corazón, que es muy capaz, muy inteligente. Pero que siempre tiene un corazoncito y una manito especial para las causas sociales, educativas…las causas que le dan a la gente la posibilidad de crecer y progresar”, aseguró Llaryora el miércoles.
Con la triple campaña que busca llevar a Schiaretti a la Casa Rosada, a Llaryora a la gobernación y a Passerini a la intendencia, la discusión abierta en el peronismo cordobés gira en torno a los nombres que completarán cada una de las fórmulas. Allí, la encrucijada principal tiene que ver con el perfil del candidato o candidata que termine ocupando cada uno de los casilleros en blanco.
Por el formato de gestión transversal y el mensaje desengrietado que el espacio se propone encarnar, una de las chances que se estudian es la que ubicaría en esos lugares a dirigentes extrapartidarios. Ya sea a partir de una estrategia que convoque a personas “por fuera de la política” o bien convenza a dirigentes de espacios por fuera del peronismo.
Siguiendo esa lógica, la dirigente con más chances de completar la fórmula que encabezará Llaryora es la radical Myrian Prunotto. La intendenta de Estacio Juárez Celman ya decidió su pase al oficialismo cordobesista y, mientras recorre la provincia convidando sus “ganas de gobernar” con correligionarios y vecinalistas, ya dijo que “le encantaría” ser quien secunde a Llaryora.
La otra opción ubicaría a la par del sanfrancisqueño a un afiliado al PJ. Y allí es donde se albergan las expectativas de De la Sota, pero también del riocuartense Juan Manuel Llamosas y de la senadora Alejandra Vigo. A diferencia de los primeros, herederos generacionales de la corriente peronista que le arrebató la gobernación al radicalismo a finales del siglo pasado, Vigo es una representante directa del equipo que armó y desarrolló el cordobesismo. La esposa del gobernador es, además, la única schiarettista que aparece entre todos los nombres, confirmados y por confirmarse, que en el mejor de los casos quedará representando a la actual conducción partidaria en un eventual próximo gobierno.