GABINETE EN CRISIS

La eliminación de la cédula azul abre una interna entre Mariano Cúneo Libarona y Patricia Bullrich

La decisión de Justicia cierra una caja millonaria de la que se nutre Seguridad. Cómo impacta en los sueldos de la plantilla laboral. Críticas judiciales y lobby de escribanos.

La eliminación de la cédula que habilitaba a conducir autos de terceros fue presentada como una medida enmarcada en la decisión oficial de reducción de tributos, porque implicaba un costo adicional para los propietarios de autos. Sin embargo, al igual que otras decisiones oficiales, la medida se tomó sin tener en cuenta el impacto sobre otras áreas. En este caso, sobre las magras cuentas del Ministerio de Seguridad que se sostiene en una parte importante mediante el aporte de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara).

Patricia Bullrich vs. Mariano Cúneo Libarona: la pelea por la caja

Aunque generalmente se relaciona a Acara con la cartera que conduce Cúneo Libarona, el ente cooperador mantiene convenios con ambos ministerios, a los que indirectamente les aporta recursos por su función de cobro y gestión de diferentes trámites, desde la época en las que ambos eran una sola cartera. Uno de ellos era la emisión de la cédula azul, que era el principal canal de recursos hacia la repartición que conduce Bullrich. No son pocos recursos.

Según fuentes gremiales, el convenio entre la asociación y el Ministerio de Seguridad impacta en casi el 60% de los trabajadores del organismo, que se calculan en unos 1.800. A través del ítem "incentivos", el acuerdo solventa entre el 40 y el 60% de los ingresos de ese universo laboral, que a partir de la decisión del ministro de Justicia dejaría de percibir y que hasta el momento no se resolvió la forma de compensarlo. De hecho, hasta el cierre de esta nota no había precisiones oficiales sobre cómo continuarán funcionando los registros y los sectores afectados por el recorte.

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La preocupación en las filas de Bullrich es que los recortes que traerá aparejados la supresión de la cédula azul no va a hacer más que echarle fuego a una delicada situación interna. Hoy, las asambleas, ruidazos, paros y marchas en todas las sedes de la cartera de Seguridad se convirtieron en un paisaje habitual, como el pago fraccionado de los salarios que no termina de hacerse público.

Los trabajadores enrolados en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) que vienen desplegando un plan de lucha en el organismo denuncian que, desde los últimos meses de 2023, el pago de incentivos comenzó a hacerse irregular en virtud de la caída del patentamiento de autos. La cuenta es sencilla: en un ministerio donde el pago de una parte importante de los salarios depende de una asociación de concesionarios, si cae la venta de autos, caen los recursos.

La resistencia de la justicia y el negocio de escribanos

En diferentes ámbitos judiciales la decisión oficial también causó preocupación porque consideran que debilita los mecanismos de control del automotor. Jueces y fiscales coinciden en que la eliminación de la cédula azul va a reducir los procesos de verificación de la propiedad de los automóviles ya que por ese trámite se logró identificar a los propietarios reales de vehículos. Es el caso, por ejemplo, del juez Ariel Lijo, hoy promovido por el Gobierno para integrar el máximo tribunal, que años atrás utilizaba un Mercedes Benz a nombre de la compañía de seguros Caledonia, ligada a su hermano y recientemente inhibida por la Superintendencia del Seguro.

En esa línea, los altos mandos de las fuerzas de seguridad federales le advirtieron a Bullrich que la cédula azul también era eficaz para mantener los controles y seguimiento de los robos de automotores, ya que consideraron que es un riesgo real que frente a la sustracción de un vehículo los ladrones encuentren también las cédulas verdes y puedan sortear sin inconvenientes los controles policiales.

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No son los únicos que por lo bajo maldijeron la medida que teóricamente abarata los costos de gestión en la compra y venta de vehículos. Algunos titulares de los registros, ciertamente interesados en no perder negocios, aseguran que la cédula azul era el instrumento más económico para los propietarios que autorizan a terceros a utilizar sus autos, camionetas o camiones. En particular, a aquellos que habitualmente deben cruzar a países limítrofes que con un trámite bastante simple se resolvía. Ahora, es probable que, por exigencias aduaneras, vuelvan al ruedo las viejas autorizaciones notariales, un viejo nicho de las escribanías de provincias de fronteras, que se frotan las manos por el renacer de un negocio millonario que alimentarán las empresas de logística y transporte.

Mariano Cúneo Libarona
El ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona.

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