Lesa Humanidad

Casa de Belén, el hogar para las infancias que fue centro de detención

Allí una niña y sus dos hermanos, apropiados, sufrieron torturas y abusos sexuales durante la dictadura. La institución aún funciona, vinculada a la Iglesia.

Para María Ester Ramírez, el infierno existe. “Me refiero a Casa de Belén”, dijo hace poco más de un año cuando le tocó testimoniar en el marco del juicio de lesa humanidad que repasó el fusilamiento y la desaparición de su madre Vicenta Orrego Meza y un grupo de militantes; y también las torturas y los abusos sexuales a los que tanto ella como sus dos hermanos, los tres apropiados, fueron sometidos en ese lugar convertido en centro clandestino de detención durante la última dictadura militar. La institución aún funciona, vinculada a la Iglesia, por lo que recientemente el Tribunal Oral Federal número 1 de La Plata dio curso al pedido de la Fiscalía para que el lugar sea convertido en un Espacio de Memoria.

Allí, entre 1977 y 1983, María, Carlos y Mariano Ramírez vivieron los siete años más terribles de sus vidas. La vivienda es de construcción sencilla y está ubicada en pleno centro de Banfield, sobre la calle Pueyrredón, a una cuadra de la iglesia Sagrada Familia, con la que tuvo y tiene vínculo pleno. De hecho, según figura en el expediente, la propiedad fue adquirida en 1976 por Oscar Delgado Carrizo, cura párroco del templo.

Los hermanos Ramírez llegaron a “Casa de Belén” en 1977, un mes después de que lugar abriera sus puertas. La institución era regenteada por Dominga Vera y Manuel Maciel, un matrimonio que vivía allí junto con sus hijos y que tuvo bajo su guarda a las infancias que pasaron por el lugar. Las líneas de investigación confirmaron que la pareja estuvo al frente del hogar hasta 1994, y presumen que los vínculos se extendieron hasta 1997. Fuentes que conocen el expediente dijeron a Letra P que seguir los pasos del matrimonio fue muy difícil de seguir porque "nunca figuraron formalmente" en ninguno de los registros de la institución. Maciel falleció en 2008; Vera, años después.

En el marco del juicio, que acaba de finalizar, el TOF 1 de La Plata identificó a la pareja como responsables de los golpes, torturas y abusos sexuales a los que fueron sometidos los hermanos Ramírez durante los años de cautiverio. Además de avalar a ese pedido de la Unidad Fiscal de Derechos Humanos de La Plata, interviniente en el debate, los jueces José Michilini, Andrés Basso y Nelson Jarazzo dieron curso a otro que apunta a desafectar el lugar como hogar para las infancias y convertirlo en un Espacio de Memoria.

"Casa de Belén" es la segunda institución vinculada al supuesto resguardo de niñeces en situación de vulnerabilidad que fueron identificados como lugares donde se perpetraban crímenes de lesa humanidad y que ahora se busca reconvertir. El primero, en 2017, fue la propiedad donde funcionó el instituto de menores “Mercedes de Lasala y Riglos”.

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Los hermanos Ramírez

Los hermanos Ramírez

Recuerdos del infierno

La noche del 14 de marzo de 1977, Vicenta Orrego Meza de Ramírez dormía junto con su hija y sus dos hijos en una de las habitaciones de la casa de la localidad de Rafael Calzada, partido bonaerense de Almirante Brown, que compartía con María Florencia Ruival y José Alvarenga, también militantes de Montoneros. Julio Ramírez, padre de los tres, estaba preso desde hacía algunos años. En la madrugada, la vivienda fue rodeada por decenas de efectivos del Ejército y de la Policía bonaerense que abrieron fuego en el marco de un operativo conjunto.

Carlos Ramírez, el mayor de los tres hermanos, es quien más tiene presente aquel episodio. Tenía 5 años. En el marco del debate oral que terminó la semana pasada en La Plata con condenas para todas las personas acusadas, recordó “los agujeros grandes en la puerta” de entrada de la casa durante el tiroteo, cuando una bala le rozó la nuca. María, de 4 años, le sigue. El menor es Mariano, que en 1977 tenía 2 años. Su madre, contó Carlos, los hizo salir por la ventana de la habitación y les indicó que fueran “adonde había luz, la casa del vecino más cercano”. Los salvó, por el momento. Ella, Ruival y Alvarenga fueron fusilados.

Tras pasar algunos días con un matrimonio vecino, fueron entregados al juzgado de menores de Lomas de Zamora, a cargo de Martha Pons, quien primero los envió al Hogar "Leopoldo Pereyra", ubicado en la Plata, y a los pocos días derivados a la casa de Banfield por pedido de "una persona que se identificó como directora o integrante de la comisión directiva del Hogar de Belén”. Así lo declaró ante el TOF 1 María Elías, trabajadora judicial por aquellos años.

En “Casa de Belén”, los Ramírez fueron inscriptos con el apellido de Maciel. Allí fueron torturados sistemáticamente: recibían golpes, no se les permitía hablar entre sí, eran obligados a comer con los perros, los duchaban con agua fría, eran abusados sexualmente por la familia Maciel y personal militar que solía visitar la casa. Los relatos son desgarradores.

Juicio Hogar Casa de Belén -día 5- Lunes 11/4/22 12:00 horas

Su familia los buscó. Primero una tía, Lucila Domínguez; luego el padre, tras recuperar su libertad obligado al exilio, en Suecia, y acompañado por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). En el marco del debate por el plan sistemático de apropiación de bebés, Elías declaró que Pons le recriminó su opinión de revincular a los niños con su tía. “Me dijo que eran hijos de un paraguayo montonero que había desafiado la Constitución Nacional y no merecía recuperarlos”, recordó. Recién en 1983, dictamen de Corte Suprema mediante, Julio Ramírez logró llevarse a sus hijos a Europa.

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