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A 30 años del atentado a la AMIA, ¿dónde están las feministas?

El titular de la mutual israelita agredió al feminismo en su discurso de conmemoración de la masacre. ¿Reclamo real o necesidad de buscar enemigos?

“No las dejemos solas”, escribí en este medio en noviembre del año pasado, en referencia a las mujeres israelíes víctimas de Hamás. “En la masacre perpetrada por Hamás y otros grupos armados hubo un plan detrás de la violencia y los abusos sexuales contra las mujeres israelíes de todas las edades y condiciones”, escribió Hinde Pomeraniec en su newsletter de Infobae. No fuimos las únicas, hubo muchas más feministas que se expresaron públicamente sobre el tema. Elijo estos dos ejemplos porque ambas fuimos organizadoras de la movilización Ni Una Menos en 2015, ambas somos judías y feministas, y escuchamos, azoradas cómo desde una tribuna comunitaria, en la conmemoración del atentado contra la AMIA, se le atribuye al feminismo responsabilidades inesperadas.

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El feminismo no es vertical ni homogéneo

En lo que debiera ser un espacio de demanda de fin de la impunidad para los responsables de la explosión que dejó 85 personas muertas y 300 personas heridas, aparece la narrativa del feminismo como enemigo de la comunidad judía. Un relato que va de la mano con el discurso oficial, que propone al feminismo como enemigo. Y punto.

Discuto, primero, la idea del feminismo como un movimiento uniforme y homogéneo en el que todas pensamos lo mismo. La fantasía de una organización piramidal y jerárquica en la que algunas toman las decisiones y otras obedecen. No es así, definitivamente. Hay evidencia empírica y mucha literatura al respecto.

Luego, y no menos importante, la idea de que las feministas somos ¡antisemitas! ¿Sabrá el presidente de la AMIA el hostigamiento que recibimos por ser feministas? ¿Sabrá del odio que recibimos por ser judías? ¿Sabrá de los grupos de feministas judías que conversamos sobre cómo llevar con dignidad esos dos sombreros?

Las mujeres feministas no defienden terroristas

"No fueron suficiente las mujeres mutiladas para que las feministas extendieran su sororidad cuando se trata de judías", sostuvo Amos Linetzky. ¿En qué se basa para semejante afirmación? No contento con eso, y siempre haciendo referencia al ataque del 7 de octubre, agregó: "Quizás las Ni Una Menos tengan una letra chica que no leímos y dice 'salvo que sea judía'". Como mencioné un párrafo atrás, no todas las feministas pensamos lo mismo. Me tomo un momento para hacer pedagogía: Ni Una Menos tuvo un grupo organizador y luego se transformó en un movimiento imparable y diverso. Igual que los feminismos son muchos y a veces convergentes. Otras veces, no. Con todo, definitivamente ningún feminismo –o lo que muchas feministas entendemos por feminismos- defiende un atentado terrorista.

¿Qué se nos reclama entonces? ¿Desde qué lugar? Quienes reclaman, ¿acaso alguna vez se preocuparon por las mujeres? ¿Por la desigualdad? ¿Por los femicidios? ¿O es que hoy los feminismos son el chivo expiatorio de todos los males de la sociedad? No es novedad. Ya lo había escrito Simone de Beauvoir: “Nunca olvides que una crisis política, económica o religiosa será suficiente para que los derechos de las mujeres sean cuestionados”.

Javier Milei participó del acto por los 30 años del atentado contra la AMIA
Javier Milei con referentes de la comunidad judía

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